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Enzo necesita un estudio para vencer al cáncer: "Este lunes es mi última quimio"

Tiene 27 años y desde hace un montón viene peleando contra una dura enfermedad. "Tuve una recaída fuerte y momentos donde sentí que tocaba fondo", expresó el joven.

Desde hace más de cinco años, Enzo Solorza lucha contra un linfoma que le cambió la vida. A sus 27 años, este joven salteño lleva sobre sus hombros una historia de resistencia, pérdidas y esperanza. Esta semana, como un capítulo bisagra en su dura travesía, se prepara para recibir la última sesión de quimioterapia en el Hospital San Bernardo.

En diálogo con Que Pasa Salta, Enzo compartió un relato cargado de emociones. "Vengo luchando desde 2019. Tuve una recaída fuerte y momentos donde sentí que tocaba fondo", comenzó relatando. Como muchos pacientes oncológicos, no solo tuvo que enfrentar la enfermedad, sino también el abandono del sistema y la pérdida de compañeros de tratamiento: "Se nos fueron amigos, personas que estaban con nosotros en la quimio. Muchos no pudieron ganar la batalla. Pero seguimos por ellos, porque nos dejaron un poquito de fuerza también".

Durante la pandemia, la situación fue aún más dura. Los medicamentos escaseaban y muchos pacientes no llegaron a recibir los tratamientos a tiempo. "A veces no hace falta salir de Salta para ver lo que sufre la gente. Perdimos mucho en la quimio por no tener medicamentos. Es algo que duele", confesó Enzo con la voz quebrada.

Hoy, con el cuerpo desgastado pero el espíritu intacto, se ilusiona con el cierre de esta etapa. Tras su última quimio, deberá viajar a Buenos Aires para realizarse un estudio PET, necesario para confirmar la remisión completa del cáncer. "Ese estudio cuesta $2 millones. Estamos vendiendo rifas, haciendo peñas, trabajando de lo que sea. Yo corto el pelo, hago changas, todo suma. La gente me ayudó desde el comienzo, y sé que no me van a dejar solo ahora", expresó con gratitud.

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Enzo es conocido en todo el Hospital San Bernardo. Los médicos, enfermeros y pacientes lo saludan con afecto: "Le agarré cariño a todos y ellos a mí. Son parte de mi proceso, son como familia".

A pesar del dolor vivido, no olvida ni por un segundo a quienes lo acompañaron en el camino: "Nunca me voy a olvidar de la gente que sufría conmigo. Gente que no tenía ni para un colectivo o para comer. Yo sigo por ellos. Pienso en recibir la última quimio y que todo salga bien. Después, volver a la vida. Volver a mi normalidad".

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