Los tres gimnasios más caros de Salta: cuestan una fortuna

En Salta, mantenerse en forma parece estar reservado solo para aquellos dispuestos a desembolsar cifras considerables. Al analizar los gimnasios más exclusivos de la ciudad, surge una preocupación evidente: ¿son realmente accesibles para el público en general?

Hotel Alejandro I: ¿Lujo o necesidad?

Con una tarifa de $19.000 por mes para ir todos los días, el gimnasio del Hotel Alejandro I se posiciona como uno de los más costosos de la ciudad. Para aquellos que buscan un acceso completo, la tarifa se eleva a $42.000 mensuales, lo que incluye la utilización de la piscina y el spa.

Si bien la comodidad y el ambiente exclusivo pueden ser atractivos, la pregunta que surge es si este precio está justificado para un servicio que, a fin de cuentas, se basa en la disponibilidad de equipamiento y la guía de un profesor común.

Hotel Sheraton: Un gasto considerable

El gimnasio del Hotel Sheraton, otro de los referentes en Salta, cobra una cuota mensual de $30.000 para su membresía "Premier" y un adicional de $15.000 en concepto de inscripción. A cambio, los socios tienen acceso a la piscina y al spa.

Si bien estos servicios adicionales pueden ser un atractivo para algunos, se debe considerar si justifican el alto costo que implica ser miembro de este gimnasio.

Fits Salta: ¿El precio por encima de la calidad?

Fits Gym Salta, un gimnasio reconocido en la ciudad, ofrece una variedad de actividades por una tarifa mensual de $19.800. Este precio incluye acceso a las clases, así como el uso de las áreas de musculación y pilates.

Sin embargo, surge la interrogante sobre si este costo se justifica en relación con la experiencia proporcionada, especialmente cuando se considera que no incluye servicio de entrenador personalizado y/o piscina.

Mientras que estos gimnasios ofrecen ciertos lujos y comodidades, es importante reflexionar sobre si los altos precios están alineados con los beneficios reales que ofrecen. Para muchos salteños, acceder a estos establecimientos puede resultar una inversión difícil de justificar, lo que plantea la necesidad de opciones más asequibles y accesibles para el público en general.