La economía de guerra lleva a los salteños a recurrir a la tarjeta de crédito

Sobrevive el que puede y el que se anima puede meterse en deudas. Si la economía del país venía mal, la pandemia la terminó de destruir. Casi la totalidad de los comercios en Salta tuvieron que adaptarse a recibir tarjetas de crédito. Empresarios sostienen que es la única forma para no perder clientes y la opción más viable que están optando algunas familias.

Según lo publicado por El Tribuno, más del 60% de la facturación proviene de compras realizadas en cuotas. El plan Ahora 24 o 30 solo incidió en electrodomésticos y tecnología.

En pleno centro, casi la totalidad de los negocios consultados reciben tarjetas de crédito y ofrecen cuotas sin interés. Lo que varía son la cantidad y algunos ponen un monto mínimo de compra para acceder a la financiación sin recargo.

Los que no ofrecen el Ahora 12, la promoción que lanzó el Gobierno nacional para incentivar el consumo, trabajan con las promociones bancarias que son hasta tres cuotas sin interés. Muchos de los comercios consultados expresaron que decidieron no implementar el programa nacional porque los intereses del financiamiento les parecían elevados.

Un relevamiento realizado por la Cámara de Comercio e Industria destaca que la mayoría de las ventas se realiza con tarjetas de crédito o débito, seguido por el efectivo. Además, resalta que el e-commerce ha surgido como una buena alternativa, pero poco más de la mitad de los negocios la han implementado, con menos del 25% de sus ventas por este canal.

"La verdad es que sin cuotas nos bajarían muchísimo las ventas, por lo que ahora nosotros utilizamos las promociones del banco que son hasta tres cuotas sin interés. Los dueños por el momento decidieron no aplicar para el programa nacional porque mayormente la gente para comprar zapatos no quiere endeudarse mucho", expresó el vendedor de una tienda de zapatos.

Según un informe realizado por la institución que tiene como presidente a Daniel Betzel, julio mostró una mejora respecto a junio pasado. En la comparación interanual, las ventas nominales (facturación) aumentaron un 33%, mientras que las reales (sin inflación) han disminuido un 8%.