Abuelo salteño tiene que dormir en el piso porque bolivianos le usurparon la casa

La usurpación de una vivienda en Aguas Blancas por parte de una familia compuesta por diez integrantes todavía genera repercusión en el norte provincial. Con el paso de las horas se conocieron mayores detalles tras la imputación de María Rosa Carvajal Pérez, oriunda de Tarija (Bolivia), por el delito de usurpación de propiedad, abuso de confianza, clandestinidad y violencia.

Según consta en el decreto de citación a audiencia de imputación que firmó Mónica Viazzi, Fiscal Penal Nº 3 del distrito judicial Orán, el denunciante y dueño de la propiedad, Francisco Batallanos, quiso ingresar al inmueble y se topó que estaba cerrado con cadenas y candado. Ahora está desesperado y pide a la Justicia que ordene el desalojo y restitución de su casa.

El hombre tuvo que dormir en la casa de un vecino y ahora lo hace en la casa de un amigo que le tiró un colchón al piso. Mientras el damnificado paga los servicios (luz, cloaca, inmobiliario) y puede acreditar mediante documentación que es el dueño de la casa, la familia usurpadora continúa habitando la vivienda ubicada en calle 25 de Mayo Nº 246.

Fragmento de la denuncia:

Que en el año 1987 compre una casa en calle 25 de Mayo en Aguas Blancas al Sr. Álvarez Carlos Hugo, viviendo en el lugar hasta el año 2006 ahí, en ese año me fui a trabajar a la ciudad de Mendoza, dejando como casera a la Sra. Carabajal María, quien era mi vecina, volviendo a la ciudad de Aguas Blancas cada 3 meses a pagar los impuestos, cuando volví de Mendoza en el mes de Abril de 2021, fui a vivir a mi casa pero en una pieza chiquita, y cuando le pedí a la Sra. Carabajal que desocupe la casa junto con las diez personas que viven ahí y ellos me dijeron que tenía que pagar la construcción del baño y lo de la cloaca, pero ellos no gastaron nada, eso lo hizo la municipalidad. Que nunca pagaron nada, ni la luz. Hace 23 días fui a mi casa y cuando quise ingresar estaba cerrado con cadenas y candado, esperaron que yo salga para cerrar y dejarme en la calle. Primero me fui a vivir a la casa de mi vecino Carlos Alvisto, y ahora estoy en casa de un amigo que no recuerda el nombre, durmiendo en un colchón en el piso. Agrega que siempre pagué los impuestos de luz, cloaca e inmobiliario. Que padece de problemas de salud no pudiendo trabajar, que tiene sordera y problemas en el pulmón y en los huesos.