El país de la pijotería y el "hacé lo que quieras total nadie controla" no distingue grietas

El problema de nuestro país no es principalmente económico por más que la coyuntura siempre, independiente de los Gobiernos, nos apriete el zapato. El problema es social, cultural, en la escala de valores y ahí estamos devastados. 

La mejor síntesis es lo que pasó con las vacunas. No se confunda. Esto no es propio del kirchnerismo. Y ya quedó demostrado. El macrismo, Juntos por el Cambio o como quiera llamarle llegó al Gobierno con el discurso de que eran los paladines de los valores, la ética y demás. Terminaron siendo un verdadero fiasco. No solo en lo económico. Se fueron con un vagón de denuncias de corrupción e irregularidades. "No, no van a robar si tienen plata, no necesitan". Esa y un montón más de mentiras penetraron fuerte en la sociedad argentina.

Lo mismo hubiera pasado si estaban en el Gobierno. En este caso, los vacunados habrían sido otros. Solo habrían cambiado nombres y apellidos. Y ese es el mayor problema del país. 

Está bien si me quedó con un vuelto de cien pesos total todos lo hacen, está bien si me voy sin pagar el estacionamiento. El ventajismo y la pijotería. Lo tenemos incorporado en nuestro ADN. Es de lo que orgullosos en el mundo lo autodenominamos "viveza argentina". Y eso nos tiene en el fondo y cuando parece que lo tocamos llegamos a lo bajo.

Lo de las vacunas es bajísimo. Más pijotero no podía ser. Ni una pandemia mundial, ni que se mueran amigos, familiares, médicos, policías, gente que le puso el cuerpo nos conmovió. Nada. Buscamos sacarle ventaja. Como sea y a cualquier costo. 

Es que quien tiene el poder en este país hace lo que quiere. Total nadie controla. La Justicia es afín al Gobierno de turno. Las fuerza de seguridad también. Y a la oposición ya le tocará su turno. 

Seguimos sin tocar fondo y parece no nos dimos cuenta. Esto alguna vez tiene que cambiar. Pero de seguro no cambiará solo. Primero comenzar por nosotros. Y después involucrarnos. Si es que queremos que cambie.