Escándalo en la Justicia: el fiscal Villalba apelará el sobreseimiento del camionero

Tras más de una década de incertidumbre, versiones cruzadas y un entramado judicial que nunca llegó a juicio, el Juzgado Federal N°2 de Salta resolvió el sobreseimiento del camionero Héctor Romero, señalado como el último hombre que habría visto con vida a María Cash, la diseñadora desaparecida en 2011.

Romero, oriundo de la localidad de General Güemes, había sido imputado en noviembre pasado y acusado de homicidio. Ahora, la Justicia considera que no existen pruebas suficientes para sostener su vínculo con la desaparición, cerrando así -al menos de momento- una de las pocas líneas investigativas activas del caso.

La decisión generó sorpresa y malestar en la Fiscalía Federal, desde donde el fiscal Eduardo Villalba anticipó que apelará la resolución, indicó Infobae. Pero más allá de la apelación, la polémica estalló por otra razón: ¿qué pasó con los datos que durante meses sostuvo el propio fiscal para justificar su acusación?

Un fiscal convencido... ¿y luego silenciado?

Durante su imputación, Villalba había sido categórico: calificó la declaración de Romero como "mentirosa e inexacta" y advirtió sobre posibles protecciones en su entorno íntimo. Incluso lo acusó públicamente de haberse sostenido en testimonios de personas "que desviaron deliberadamente la investigación".

En ese marco, el fiscal impulsó rastrillajes en puntos claves, incluyendo una inspección ocular con Romero en la zona de la Difunta Correa, lugar donde él afirmaba haber dejado a María. Sin embargo, nunca se difundieron los resultados de esos operativos. ¿Qué se encontró? ¿Qué se descartó? ¿Por qué esa información no fue compartida con la prensa ni con la familia?

El cambio de rumbo judicial, de la acusación firme al sobreseimiento, deja preguntas sin responder y un manto de duda sobre la transparencia del proceso.

Un caso sin justicia y una causa cada vez más débil

Romero fue liberado tras un período de prisión domiciliaria por problemas de salud. Pero el caso no se cierra solo con su sobreseimiento. El desapego de las pruebas, la falta de pericias concluyentes y las contradicciones no explicadas por la Justicia debilitan aún más una causa que, pese a tener carácter emblemático, parece haberse diluido en el tiempo.

Mientras tanto, la familia de María Cash sigue sin respuestas, y las pistas sobre su paradero siguen tan dispersas como el primer día. Más de 400 denuncias falsas y desvíos deliberados marcaron el rumbo errático de una investigación que perdió credibilidad ante los ojos de la sociedad.