Cura salteño se defendió de un chorro a lo rambo: a piñas, sillazos y con un rifle

Nadie está exento de la inseguridad, ni siquiera los curas. Recientemente le tocó padecer un episodio al vicario Juan Eduardo Jotayan en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio La Loma. Allí, por cuarta vez en lo que va del año intentaron robar y el sacerdote se enfrentó a golpes de puño con el delincuente que había ingresado por la fuerza luego de forzar las rejas y la cerradura de la puerta.

"El chico habrá tenido unos 25 años, tenía una gorra y una capucha. Seguramente estaba muy drogado. Nos agarramos a las trompadas limpias, fue una cosa tremenda", reveló con lujo de detalles el sacerdote.

"Le partí una silla en la espalda pero él se equilibró para no caerse, así que saqué otra y se la partí en la cabeza", agregó el religioso.

Según publicó El Tribuno, en ese momento Jotayan procedió a buscar un rifle de aire comprimido que era de su hermano militar ya fallecido y le apuntó al ladrón. Ante esta situación y al verse acorralado, el delincuente optó por huir del lugar sin lograr su cometido.

En las fotos que hizo públicas El Tribuno se puede ver una de las sillas destrozada y también el caos que quedó en la sala donde se produjo el violento enfrentamiento entre el cura y el chorro.

Fotos de El Tribuno: