Sáenz se puso firme y metió el primer gran volantazo de su gestión

Gustavo Sáenz suele insinuar que la historia juzgará a su gestión por sus actos, medidas y decisiones. Con esa premisa dirigió esta noche (quizás una de las más difíciles en su primer año de gobierno) un visceral mensaje a los salteños. En el momento más complicado de la pandemia y por ende del sistema sanitario de la Provincia, el Gobernador confirmó que le pidió a la ministra de Salud, Josefina Medrano, que dé un paso al costado.

El mandatario provincial agradeció la gestión de Medrano y le reconoció su dedicación al trabajo; sin embargo admitió que el desgaste y la erosión de su figura ya no tenían vuelta atrás. Como se suele decir en política, la decisión busca oxigenar y descomprimir un área sumamente sensible como la de Salud, y más aún en el actual contexto de Emergencia Sanitaria.

Con el anuncio de esta noche, Sáenz demostró que se hizo eco del malestar creciente de la sociedad y en esa sintonía, le pidió la renuncia a Medrano. Con fuertes críticas en las últimas semanas y con un capital político que ya se había agotado, su continuidad era casi insostenible por el ambiente espeso que se respiraba.

La asunción de Juan José Esteban en la cartera sanitaria genera nuevas expectativas, pero que deberán plasmarse en gestión rápidamente. No hay tiempo que perder y tal como lo dijo el Gobernador, "la situación está complicada y hay gente que se está muriendo". Es asumir y ponerse de inmediato manos a la obra, sin mayores protocolos.

Esteban le impondrá su propia impronta al Ministerio y buscará dar respuestas satisfactorias a las necesidades sanitarias de los hospitales de Capital y el Interior. Si bien es cierto que existen fallas estructurales que vienen de arrastre (décadas y décadas), las excusas a esta altura del partido no son válidas. La pandemia fue un escollo impensado para muchos gobiernos, y el de Salta no fue la excepción. Son las condiciones en que tocó gobernar y hay que demostrar capacidad. Ese es el gran desafío para Sáenz y su Gabinete.

A Sáenz no le tembló el pulso para meter un volantazo y recuperar la iniciativa política. Incluso asumió los errores que pudo cometer su gestión y casi que los absorbió. 

Ahora será tiempo de demostrar con hechos que el cambio fue para el bien de los salteños. El reloj apremia y los casos se multiplican en esa tristemente célebre "guerra contra un enemigo invisible".