Emi Alonso

Columnista
Olor a hipocresía

Indígenas en un museo: la defensa de unos símbolos y el lucro con los de otros

En medio de una disputa por remover los símbolos religiosos de los edificios públicos, hubo una mega promoción comercial de las creencias de otros.

Cuando uno busca la palabra contradicción en internet, es muy probable encontrar a nuestra provincia encabezando los resultados. En este caso el planteo apunta a la llamativa disputa que se originó con el proyecto de remover los símbolos de la religión católica de los edificios del Estado. Si bien las opiniones pueden estar divididas, es curioso que quienes mayormente se oponen a esto, sean los que aplauden la descomunal oferta de ver a los Niños del Llullaillaco en el Museo Arqueológico de Alta Montaña (MAAM).

Para quienes buscan preservar los símbolos religiosos, la iniciativa resulta un insulto y hasta se han visto declaraciones que lo consideran una persecución religiosa, aun cuando se busque simplemente sacarlos de edificios del Estado y no de sus santuarios o templos.

A diferencia de esto, el tratamiento que la sociedad actual ha dado a lo que para las comunidades originarias era un santuario, puede resumirse en una sola palabra, profanación. Una referente de comunidades wichi describió la extracción de "sus hermanitos" del lugar sagrado que representaba el volcán, y su posterior exposición, como un "shopping de muerte". Para Octorina Zamora "están dando pie a una fiesta necrofilica".

Tiempo atrás, Zamora y otros miembros de comunidades acamparon en el MAAM buscando poner sobre el tapete la cuestión de los niños, ya que como ella lo definió estaríamos siendo cómplices de un secuestro, "están secuestrando nuestros cadáveres", sentenció.

Resulta por lo menos llamativo que la defensa de un grupo de religiosos hacia símbolos no tenga el mismo rechazo que el marketing de los muertos profanados de lo que fue un símbolo para los indígenas. "Más sagrado que el Llullaillaco, no hay", remarcó la dirigente.

"Nuestros antepasados no los pusieron ahí para que siglos más tarde unos mercaderes los saquen y los expongan" sostuvo Zamora. Y podría resumirse en esa misma falta de respeto, la necesidad de algunos de sostener imágenes que excluyan las creencias de otros, y ponderen un culto por encima de los restantes.

"Ya tuvo su fama la National Geographic, los políticos y no políticos salteños, ahora necesitamos que se los devuelva, y con esto seremos implacables", adelanto la referente wichi y cerró "que las fuerzas de Welan -protector wichi que sanciona a los que transgreden los ciclos y las normas- no se apiade de esta gente".

Por esto, es que resulta vital que las creencias y religiones se mantengan en sus templos o santuarios, y por otra parte que el Estado no otorgue privilegios a una religión por encima de las otras, ya que lo que para algunos es una exposición de una vez al año, para otros puede ser sagrado. La imposición de una religión por encima de la otra, solo conduce a sostener el modelo discriminatorio y de exclusión para lo que consideran "minoría".

Comentarios

  • Mafalda

    Por favor dejen de dar lugar a la Otorina Zamora , atorranta desclasada, expulsada de su comunidad por lucrar con sus congéneres . A ella solo le importa su bolsillo

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