Tras la denuncia de un grupo de padres, la Justicia ordenó su prisión domiciliaria y el allanamiento de su domicilio, donde se secuestraron varios dispositivos electrónicos.
Hilda Villarreal es una profesora de 38 años y acaba de vivir lo impensado: "No quiero limosnas, no sé qué más hacer". Su confesión más difícil y el pedido de ayuda.
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