El milagro que tuvo que ocurrir para que León XIV fuera elegido como Papa
El cardenal Robert Francis Prevost alcanzó más de cien votos en la cuarta ronda del cónclave, en una elección sorpresiva que selló una alianza inédita dentro de la Iglesia.
Una inesperada convergencia de votos en la Capilla Sixtina marcó el camino hacia la elección del nuevo Papa. Robert Francis Prevost, arzobispo norteamericano de origen peruano, fue consagrado como León XIV tras obtener más de cien votos en la cuarta votación del cónclave, superando cómodamente los 89 sufragios requeridos para alcanzar los dos tercios del total.
La información, que circula desde el regreso de los cardenales al mundo exterior -pese al juramento de confidencialidad que realizan antes de ingresar al cónclave-, indica que la candidatura de Prevost cobró fuerza tras el retiro del cardenal Pietro Parolin, quien era hasta entonces el favorito en los pronósticos. Fue el propio Parolin quien habría propuesto la figura de Prevost como alternativa de consenso, desatando un giro decisivo.
Según fuentes vaticanas, el cambio de postura fue tan contundente que varios purpurados lo describen como un "milagro" o una manifestación clara de la inspiración del Espíritu Santo. "Ocurrió algo muy fuerte ese día. Solo la Gracia de Dios puede explicar tanto consenso", sostuvo el cardenal estadounidense Robert McElroy.
La elección de León XIV representó un acuerdo transversal entre sectores tradicionalmente enfrentados dentro de la Iglesia: conservadores y progresistas. El influyente cardenal Timothy Dolan, conservador y arzobispo de Nueva York, y el progresista Blaise Cupich, de Chicago (ciudad natal de Prevost), coincidieron en su apoyo.
Los latinoamericanos, asiáticos y muchos europeos también respaldaron a Prevost, así como los africanos, tradicionalmente más conservadores. Así se habría consolidado la cifra extraordinaria de más de un centenar de votos.
El nuevo Pontífice fue designado por el Papa Francisco como prefecto del Dicasterio para los Obispos, un rol clave en la estructuración del liderazgo eclesiástico. También presidió la Pontificia Comisión para América Latina, lo que le dio visibilidad y ascendencia en regiones estratégicas del catolicismo mundial.
Aunque comparte posturas conservadoras en temas como la ordenación femenina, León XIV es considerado un firme defensor de la sinodalidad, uno de los pilares del pontificado de Francisco. Apoyó la inclusión de mujeres en órganos de decisión eclesial, como en el propio dicasterio que dirigía.
La sinodalidad -concebida como un modelo de Iglesia participativa, inclusiva y descentralizada- es la gran apuesta del nuevo Papa. En sus propias palabras: "Una Iglesia sinodal camina, busca siempre la paz, la caridad y la cercanía con quien sufre".
Este modelo fue refrendado por Francisco poco antes de su fallecimiento, al extender hasta 2028 el Sínodo de los Obispos, una iniciativa que busca dar voz a laicos, mujeres y comunidades periféricas.
Con una elección que sorprendió al mundo y un programa que combina continuidad y apertura, León XIV asume el liderazgo de la Iglesia con el desafío de profundizar las reformas iniciadas por su predecesor y de sostener la unidad en un tiempo de tensiones internas y desafíos globales.
Es de origen estadounidense nacionalizado peruano, no de origen peruano.
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