Melisa Martel

Que Pasa Salta
Juguetes sin género

¿Si le regalo un autito a una nena está mal?

Esta mañana salí a comprar juguetes a una sobrina. Sabía para que edad debía ser el regalo pero tenía la incertidumbre de lo que podría elegir.

“Hola, ¿Qué necesita?”, pregunta una voz desde el mostrador, entonces explicó en que consiste mi búsqueda “algo para una nena, de dos años”, respondo. La lista para elegir se terminaba en bebotes, carteritas, muñecas, cocinitas y  pinturitas. Todo rosa, todo representando los mandatos sociales que a las mujeres nos son impuestos desde que el obstetra avisa que somos “mujercitas”.



Miro un rato y mi atención se centra en un autito, re lindo, con luces, ruiditos, anda solo… me encantó. “Quiero el auto”, digo y con asombro la vendedora me pregunta ¿No era para nena?



Si, efectivamente es para una nena, pero desde la corta edad de dos años quisiera mostrarle que su universo no tiene por qué terminarse entre princesas, príncipes azules, unicornios de fantasía, o en los peores casos cocinas y artículos de limpieza tamaño mini. ¿Es difícil entender que los juguetes sexistas imponen modelos a lo femenino y lo masculino? Yo no quiero “enseñarle” a ser mamá desde tan niña, ni que sienta que el uso de maquillajes es una obligación, o que los colores verde, azul o celeste no demuestran que es una nena.



La vendedora escuchó mi respuesta y le gustó. Yo pienso lo mismo, dijo y explicó “De chica siempre jugué a la pelota, no veo q este mal”. Y pasó a relatar una situación parecida que vivió en estos días previos al inicio de clases. Me contó que llegó una niña en compañía de su mamá para elegir mochila. “Quiero la de Dragon Ball”, dijo. “¿No te importa que sea azul?”, preguntó su mamá. “No, es un color que sí me gusta”, dijo la pequeña. “¿Qué van a decir tus compañeros?”, sentenció la madre. Con su respuesta cierro la nota, es interesante y agradable ver cómo el conservadurismo impuesto, en los más chicos va cediendo. “No sé, pero no es algo que me importe má, a mí me gusta esa mochila”, respondió y fin de la cuestión. Un aplauso a esa nena, y ojalá los mayores asuman su responsabilidad en la tarea de mostrar un universo entero, y no parcializado por sexos. 



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