El fútbol está de luto: habló el papá del ex jugador de Boca Juniors

Fermín Núñez, nacido en 2004 en General Lamadrid, provincia de Buenos Aires, ha dejado una huella imborrable en el mundo del fútbol. Desde sus primeros pasos en el patio de su casa hasta sus aspiraciones en Boca Juniors, su historia es un testimonio de pasión y perseverancia.

Su padre, Dardo Núñez, compartió en una emotiva charla con TN los recuerdos de aquellos días en los que Fermín era apenas un niño, jugando incansablemente con una pelota en el patio. Desde los dos años, su devoción por el fútbol era evidente, y su sueño de vestir la camiseta de Boca crecía con cada día que pasaba.

Los primeros pasos de Fermín en el fútbol se dieron en las inferiores de Racing de General Lamadrid, donde su talento y dedicación llamaron la atención. Su padre recuerda con emoción cómo Fermín, apodado "Peca" por sus amigos, comenzó como arquero, con un entusiasmo que conquistó a todos a su alrededor. 

Incluso relató una anécdota sobre cómo Fermín, al encontrar raíces en el patio que obstaculizaban su juego, las lanzó por encima del muro del vecino para poder seguir jugando.

El viaje decisivo llegó cuando, gracias a un amigo de la familia, Fermín tuvo la oportunidad de probarse en Huracán y en Boca Juniors. A pesar de la tentadora oferta del club de Parque Patricios, su pasión por Boca era innegable. Finalmente, con el apoyo de su familia, decidió dar el paso hacia su sueño más grande.

En Boca, Fermín encontró un hogar para su pasión. Su talento y dedicación lo llevaron a ser parte del club de sus sueños, donde fue recibido con los brazos abiertos. Su padre recuerda con orgullo cómo Fermín brillaba en la cancha y cómo el club lo respaldaba en cada paso de su trayectoria.

Sin embargo, la vida de Fermín dio un giro inesperado cuando una lesión y un virus intestinal lo alejaron de las canchas. A pesar de los obstáculos, su determinación nunca flaqueó. Después de un breve paso por Huracán, Fermín decidió regresar a su ciudad natal y enfocarse en sus estudios.

Su dedicación y esfuerzo lo llevaron a iniciar una nueva etapa como estudiante de medicina en Olavarría. Con el apoyo de su familia y su incansable determinación, Fermín se embarcó en un nuevo camino, demostrando una vez más su capacidad para enfrentar los desafíos con valentía y determinación.

Los últimos días de Fermín estuvieron marcados por el amor de su familia y el apoyo de sus seres queridos. A pesar de su partida prematura, su legado perdurará como un recordatorio de la importancia de perseguir los sueños con pasión y dedicación.