Por falta de mano de obra se pudre el mango en Salta: "No hay quién lo levante"

En la pintoresca región de Colonia Santa Rosa, Salta, el productor Fernando Ortiz enfrenta un desafío inusual pero acuciante: la pérdida de su producción de mangos criollos debido a la falta de mano de obra disponible para la cosecha.

La paradoja de tener una fruta codiciada pero sin manos que la recojan se convirtió en una realidad palpable para muchos agricultores de las economías regionales.

Ortiz, propietario de un campo con 70 plantas de mango criollo, utiliza estas especies no solo como una fuente de sombra beneficiosa, sino también como elementos esenciales para controlar los canales de riego necesarios para su actividad hortícola. Sin embargo, la escasez de trabajadores agrícolas lleva a una situación desafiante: la fruta se pudre en el suelo debido a la imposibilidad de ser cosechada a tiempo.

El productor relata: "Ayer me habló una persona que me quería comprar, le dije que se los regalo, pero que él se encargue de hacerlos juntar". Este gesto refleja la frustración de Ortiz al enfrentar un problema que va más allá de la simple oferta y demanda: la falta de interesados en realizar tareas de cosecha en los campos.

La ironía se acentúa cuando se considera la creciente demanda de mangos, donde la fruta es apreciada y consumida en gran medida. Ortiz señala que, a pesar de la alta demanda interna, comercializar la fruta a nivel nacional se vuelve un desafío, ya que la mano de obra escasea y la importación desde Brasil se convierte en una opción más viable.

El productor explica que, debido a la falta de trabajadores, más del 60% de la producción de mangos criollos de su campo, aproximadamente 200 toneladas, se pierde anualmente en el suelo. Esta situación no solo afecta económicamente al productor sino también a la comunidad, ya que Ortiz es responsable de más de 40 empleos en la región.

La historia de Fernando Ortiz destaca la necesidad de abordar la escasez de mano de obra en el sector agrícola, un problema que podría poner en riesgo no solo la producción de mangos, sino también la sostenibilidad de muchas economías regionales en Argentina. La búsqueda de soluciones y políticas que aborden este desafío se presenta como una tarea urgente para preservar el tejido productivo del agro santaroseño. /La Nación.