En las alturas

Pánico en un vuelo que aterrizó anoche en Salta: un abuelo entró al baño y se descompensó

Afortunadamente, el rápido accionar de la jefa de azafatas y de una mujer que es técnica superior en acompañamiento terapéutico hicieron que la historia tenga un final feliz. Ocurrió en un vuelo de JetSmart.

En un reciente vuelo de la aerolínea JetSmart, que partió desde Buenos Aires con destino a Salta ayer domingo 15 de octubre a las 20 hrs., se vivió un emotivo episodio que destaca la importancia de la solidaridad en momentos de necesidad. Mientras se encontraba a gran altitud, un abuelo que viajaba solo se descompensó, generando preocupación y angustia entre los pasajeros a bordo. El hombre estuvo más de 30 minutos en el baño y no podía mantenerse de pie. 

La protagonista de esta historia es Sandra, una mujer con formación en acompañamiento terapéutico, quien viajaba en el mismo vuelo. Sin dudar un segundo, Sandra se levantó de su asiento y se dirigió al baño, donde encontró al abuelo en apuros. Su rápida respuesta y valentía le permitieron ayudar al anciano, tranquilizándolo y proporcionándole el apoyo necesario hasta que se estabilizara.

La solidaridad no se limitó a Sandra. Las azafatas a bordo también jugaron un papel fundamental en la atención al abuelo. Durante el episodio, demostraron profesionalismo y compasión al brindar asistencia inmediata y colaborar en la atención del pasajero que se encontraba en apuros. También dieron aviso para que ingresen una silla de ruedas apenas aterrizó el vuelo así podían sacarlo lo más rápido posible al hombre. 

"Las azafatas estuvieron en todo momento también. Lamentablemente los dejan viajar solos a los adultos mayores, pero gracias a Dios la familia estaba esperándolo"

En una entrevista exclusiva con Que Pasa Salta, Sandra compartió su experiencia, resaltando la importancia de estar preparados para actuar en situaciones de emergencia, especialmente cuando se trata de adultos mayores que viajan solos. Afortunadamente, en este caso, la familia del abuelo estaba esperándolo en Salta, lo que permitió una pronta y cálida recepción al llegar a su destino.

Este conmovedor incidente demuestra que la solidaridad y el espíritu de ayuda pueden surgir en los lugares más inesperados, incluso a miles de pies de altura en un avión. Gracias a personas como Sandra y al profesionalismo de la jefa de azafatas, un viaje que pudo haber sido angustioso se convirtió en una historia de esperanza y apoyo mutuo.

IMPORTANTE: NO DEJAR VIAJAR SOLOS A LOS ADULTOS MAYORES QUE NO ESTÁN BIEN DE SALUD 

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