Furor en Salta por las pastas caseras de Aranda: tradición que enamora
Con degustaciones en vivo, productos frescos y un fuerte arraigo regional, la marca jujeña Aranda se posiciona como un fenómeno en crecimiento en el NOA.
Hay aromas que nos llevan directo a la cocina de la abuela, a esos domingos en familia donde la pasta casera era la reina de la mesa. Ese es el espíritu que revive Fábrica de Pastas Aranda, una marca que se hizo fuerte en el NOA apostando al sabor auténtico, la calidad artesanal y el encuentro real con la gente.
Este fin de semana, los salteños que pasaron por La Rotonda Mayorista vivieron una experiencia única: degustaciones en vivo de ravioles y ñoquis, cocinados por el chef jujeño Marcelo Escalada, quien no solo compartió recetas sino también secretos para disfrutar las pastas de una manera distinta. Porque Aranda no solo vende pastas: propone momentos, inspira ideas y conecta con quienes buscan algo más que un producto.
Con una fuerte presencia en toda la región, la marca jujeña no para de crecer. Lo hace desde una premisa clara: volver al sabor casero de verdad, ese que se siente en cada bocado y que nace del trabajo honesto con ingredientes locales. De hecho, Aranda apuesta a los productos de kilómetro 0, utilizando insumos regionales que apoyan a productores locales y garantizan frescura.
Además, hace pocas semanas lanzaron un emotivo spot junto al grupo La Cantada, donde la música y la cocina se funden en una celebración de lo que somos: norteños, pasionales, cocineros de alma.
Fábrica de Pastas Aranda quiere que los salteños se animen a redescubrir el sabor de lo casero, con productos que llegan frescos a cada hogar, pensados para la cocina de todos los días. Ravioles, ñoquis, lasagnas o tapas de empanadas: cada línea está hecha con dedicación, calidad y ese toque que solo lo artesanal puede dar.
¿Todavía no las probaste? Es momento de hacerlo.
Seguilos en Instagram @arandafabricadepastas o escribí al +54 9 388 5983160 y descubrí por qué cuando una pasta sabe como la de casa, lo demás viene solo.
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