Marcha de la CGT contra Milei: se habla de un paro general en marzo

El paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) se convirtió en el más breve desde el retorno de la democracia en 1983. A pesar de la rápida movilización y la contundencia mostrada en las calles, la relación del Gobierno con el sindicalismo parece mantenerse sin cambios significativos. 

Sin embargo, entre los sindicalistas, hay un sentimiento de euforia que creen que el ambiente político adverso al oficialismo que generaron con la movilización fue determinante para que la Casa Rosada diera marcha atrás con el paquete fiscal para aprobar la ley ómnibus en el Congreso.

La máxima dirigencia cegetista siente que envió una fuerte señal de advertencia a figuras como Javier Milei, aunque las repercusiones políticas no fueron tan profundas como esperaban.

El despido de Guillermo Ferraro del Ministerio de Infraestructura y el retroceso de Milei para facilitar la sanción de la ley ómnibus responden a otros motivos más allá del paro de la CGT. La flexibilización de la postura gubernamental para aprobar la ley ómnibus no indica un cambio inmediato en la relación con el sindicalismo.

En cuanto a la reforma laboral contenida en el DNU 70, la situación sigue siendo incierta. Aunque algunos aspectos quedaron frenados por la Justicia, la mayoría de las disposiciones continúan vigentes, lo que indica que la lucha sindical está lejos de su fin.