Indignación total: se llevaron a una criatura de 10 años por la fuerza pública

"Funcionarios arrancaron por la fuerza a una niña de 10 años, nadie la escuchó". Un violentísimo operativo policial se llevó a cabo el día 3 de noviembre para llevarse a la rastra a una niña de 10 años, por orden de un juez de Orán que ordenó a decenas de policías irrumpir dos veces en el domicilio de la menor para hacer efectiva una orden de llevarse del domicilio paterno a la niña para un período de revinculación con su madre. 

Cabe señalar que la mamá de la niña (que evidentemente fue vulnerada en todos sus derechos y lesionada en el operativo) fue acusada en reiteradas ocasiones de malos tratos y severidades: como azotarla con una manguera y tratar de asfixiarla, según relató Sergio, el padre de la niña. 

La chiquita para no ser arrancada de su hogar se había aferrado a su abuela, quien también fue maltratada por el personal policial y una comitiva de funcionarios, entre estos una supuesta psicóloga. En vano la negativa de la niña fue escuchada. 

Decenas de testigos vieron el horror de una medida judicial cuya barbarie no puede ser expresada en palabras. La orden literalmente incluía la fuerza y de esa manera lo entendieron los protagonistas: efectivos policiales, funcionarias, profesionales del Poder Judicial (psicóloga, abogada, trabajadora social). 

Aún así, no hay razón que la niña fuera arrastrada hacia un patrullero, oponiéndose corporalmente, con gritos, ruegos y llanto. "Aún sin derecho, no deja de ser un niño", dijo su padre. "¿Por qué no me hacen caso?". "Nadie me escucha", clamó la niña ante los profesionales, los efectivos y los vecinos, testigos mudos de la escena. 

Palabras que le surgen en la desesperación misma del abuso sobre su persona. Las imágenes cuestionan por sentido común el procedimiento, amparado en una supuesta legalidad. EL PAPÁ SOLO PUDO FILMAR "Los funcionarios vinieron dos veces para llevársela. La primera vez a las 8.30, los dejamos ingresar, le explicaron que debía ir con su madre y ella se negó. Volvieron a las 11 con refuerzos policiales y psicólogas y funcionarias. Allí hubo de todo, menos cordura. Mi hija les pedía a gritos que la escuchen, lloró y se aferró a su abuela, pero la orden era por la fuerza y así se hizo. Yo no sé qué pensar, todo se define con violencia", publicó Orán Conectado.