Salió antes de la escuela, la secuestraron en el camino y nunca más se supo nada de ella

Han pasado más de seis años desde la desaparición de Delia Polijo, la adolescente de 14 años de Córdoba que salió antes del colegio el 18 de septiembre de 2018 en La Paz, Traslasierra, y nunca volvió a su casa. Su familia sostiene que fue secuestrada, abusada por varias personas y asesinada, pero la Justicia aún no ha condenado a nadie.

Ese día, la escuela dejó salir a los alumnos antes por el Día del Estudiante, pero no avisaron a las familias. Delia emprendió el regreso sola, caminando por la ruta provincial 205. Una cámara de seguridad de una estación de servicio registró su paso alrededor de las 16, y algunos vecinos la vieron poco después en la curva 1 del hipódromo. Le faltaban solo 500 metros para llegar a su hogar cuando su rastro se perdió.

En los primeros rastrillajes, la policía halló una gomita para el pelo, unos aritos y una cadenita que Delia había comprado con la ilusión de estrenar en una fiesta esa noche. De ella, nunca más hubo señales.

Tres meses después, en diciembre de 2018, una vecina denunció a su pareja, Mauro Martínez, por violencia de género. En medio de una discusión, el hombre la amenazó diciéndole que la mataría "como a la boliviana" y la arrojaría en el "pozo balde de Pinocho", supuestamente el mismo destino que había tenido Delia.

La mujer entregó a la policía un dije que pertenecía a la adolescente, lo que reforzó la sospecha de su implicancia en el caso.

El 24 de diciembre de 2018, cuando la policía fue a buscar a Martínez para detenerlo, lo encontraron ahorcado en un árbol en medio del monte. Se convirtió en el principal sospechoso, pero su muerte dejó más interrogantes que certezas.

Para la fiscalía, la causa quedó cerrada con su suicidio. Sin embargo, la familia de Delia sostiene que hubo más involucrados y que hubo encubrimiento por parte de un funcionario municipal.

Según la querella, Delia habría estado cautiva durante meses en una casa rural en el paraje Corralito Abajo, utilizada por amigos de Martínez para realizar fiestas. Allí, habría sido abusada por varias personas hasta que, finalmente, fue asesinada y su cuerpo arrojado a los jabalíes.

La familia sigue exigiendo justicia y nuevas investigaciones, ya que no hay detenidos ni imputados. "Nadie busca a mi hija", repite su madre, Modesta Polijo, con la esperanza de que algún día la verdad salga a la luz.