Revelaron los escalofriantes mensajes que envió el acusado de matar a Catalina Gutiérrez
En el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez, revelaron los mensajes que Néstor Soto envió tras asesinarla. Buscó crear una coartada mientras la víctima ya estaba sin vida.
En la sexta audiencia del juicio contra Néstor Soto, acusado del femicidio de Catalina Gutiérrez en Córdoba, se dieron a conocer los impactantes mensajes que envió después de haberla asesinado.
El crimen ocurrió el 17 de julio de 2024. Ese día, ambos habían acordado reunirse en el bowling de Patio Olmos, pero el encuentro nunca se concretó.
Durante la audiencia de este martes, el detective de Homicidios Rodolfo Palazzi presentó el análisis de los teléfonos celulares de la víctima y del acusado, dejando en evidencia cómo Soto intentó fabricar una coartada tras el asesinato.
La conversación entre ambos comenzó a las 18, cuando coordinaron para verse más tarde. Alrededor de las 20, él le pidió un cargador de celular y confirmaron la cita para las 21, según la información obtenida por El Doce.
Poco después, Catalina avisó que llegaría a las 21:30. "De una, pana, perfecto", respondió Soto. Luego, el joven tomó un auto por una aplicación para regresar a su domicilio, lo que quedó registrado en su correo electrónico.
A las 21:18, Catalina le preguntó si seguía en pie el encuentro y dos minutos después le envió un "PING" para que su teléfono sonara. Él respondió que sí y ella le envió un mensaje de voz mencionando que dejaría el auto cerca de Patio Olmos para evitar pagar de más. Ese fue el último audio que envió.
Soto la llamó dos veces a las 21:27 sin obtener respuesta. A las 21:32 hablaron por cinco minutos y, cuando Catalina llegó a su casa, siguieron en contacto.
La joven estacionó su Renault Clio frente a la vivienda de Soto. Él se acercó al vehículo, intercambiaron unas palabras y Catalina ingresó corriendo a la casa. Esa fue la última vez que se la vio con vida.
El detective Palazzi también mostró los mensajes que Soto envió a Ulises Balián y Agustina Elías, quienes iban a participar de la reunión, con el fin de crear una coartada. Esos mensajes fueron enviados cuando la víctima ya estaba, al menos, inconsciente y amordazada.
A las 21:58, el acusado escribió: "¿Qué onda gila?". Ocho minutos después agregó que se estaba volviendo: "No hacemos un pingo", y realizó una llamada que luego canceló.
A las 22:18, volvió a escribirle a Catalina, quien ya había sido asesinada: "Che, ¿qué onda Cata? Era para avisarte que ya estoy en casa. No sé qué onda vos. Les dije a los chicos que se cancelaba. No venías más, ya ni me muestro enojado".
A las 22:25, Soto encendió las luces del frente de su departamento, sacó una bolsa y la descartó en las inmediaciones. Luego, abrió y cerró el auto de la víctima, lo movió más cerca de la entrada y, finalmente, la sacó del departamento ya sin vida. Minutos después, abandonó el vehículo en un descampado del barrio Ampliación Kennedy.
Las pruebas presentadas fueron clave para reconstruir los últimos momentos de Catalina y los movimientos de su agresor. Además, según informó El Doce, en la audiencia se exhibieron grabaciones que captaron el instante en el que Soto arrastró el cuerpo de la joven y lo subió al auto, reforzando la evidencia en su contra.
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