Habló la tía de Cristian y reveló como extorsionaba Priscila a toda la familia

El caso de Priscila Margot Quesada, una joven de 20 años oriunda de Pichanal, conmocionó al país tras revelarse que fingió estar embarazada de mellizas y desapareció el día en que supuestamente debía dar a luz. Tras una intensa búsqueda en la provincia y la circulación de versiones que la vinculaban a una posible red de trata, finalmente fue hallada sana y salva en la localidad de Aguaray, en la casa de un joven. Un estudio médico posterior confirmó que nunca estuvo embarazada.

La historia comenzó a tomar estado público luego de que familiares denunciaran su desaparición el día previsto para el parto. Incluso su hermano menor, de 16 años, la acompañó hasta el hospital San Vicente de Paul en Orán, donde Priscila le pidió que no ingresara con ella, asegurando que iba a ser derivada a la ciudad de Salta. Esa fue la última vez que la vieron.

La denuncia fue radicada tres días después por su familia, y durante ese tiempo crecieron los temores de que estuviera en peligro. El relato se tornó aún más confuso cuando allegados recibieron mensajes de una supuesta enfermera llamada "Olga Segundo", quien afirmó que Priscila estaba en Chubut y en grave estado por un tumor cerebral. Sin embargo, se comprobó que esa persona no forma parte del personal médico del hospital.

Una farsa que involucró a toda una familia

En las últimas horas, la tía de Cristian, pareja de Priscila, brindó su testimonio a través de la red social TikTok, revelando detalles impactantes sobre la farsa del embarazo. "Ella entró a la familia y la queríamos. Hasta mi mamá, que tiene 82 años, estaba emocionada con las mellis que nunca existieron", relató con angustia.

Según contó, Priscila sostenía la mentira mediante el envío de presuntos estudios médicos por WhatsApp. Su entorno, completamente convencido de la veracidad del embarazo, cumplía con todos sus deseos: salidas, comidas, regalos. "Su cuñada la llevaba a comer helado, en casa hacíamos pizza porque ella decía que tenía antojos", recordó la mujer.

La joven llegó a mostrar una "panza" visible y aseguró que su embarazo era complicado por un presunto tumor cerebral. Todo se vino abajo cuando, el día del supuesto parto, envió por mensaje una foto de mellizas recién nacidas, que luego se comprobó estaban editadas digitalmente. Inmediatamente, cortó toda comunicación, incluso con Cristian, quien nunca supo dónde estaba.

La investigación y el giro inesperado

Conforme avanzó la investigación, se descartó cualquier vinculación con redes de trata y se estableció que Priscila se había refugiado en la vivienda de un joven en Aguaray. Un examen médico confirmó que no estaba ni había estado embarazada, y tampoco se encontraron registros hospitalarios vinculados a su supuesto tumor.

Además, una obstetra que la atendió en marzo declaró que no presentaba signos de gestación, lo que refuerza la hipótesis de una mentira sostenida durante meses.

Por ahora, la causa se encuentra bajo investigación y se analizan posibles implicancias penales por la falsa denuncia y la movilización de recursos públicos. Mientras tanto, el caso generó un fuerte debate en redes sociales y medios sobre salud mental, manipulación emocional y responsabilidad individual.