Un horror: los arrolló el tren y entregaron sus restos en bolsas "para vender papas"

Las familias de los dos hombres que murieron tras ser embestidos por un tren en Tucumán viven un calvario doble. Es que los investigadores les entregaron los restos de sus seres queridos en bolsas y tuvieron que trajinar por distintas comisarías para saber qué hacer.

La falta de tacto, sensibilidad y empatía de la parte del persona que intervino en el rescate de los cuerpos en la zona de Villa Muñecas generó una gran indignación en la comunidad. Más aún después de conocerse el relato de la periodista Mariana Romero.

Todavía en shock y lejos de poder iniciar el duelo para dar sagrada sepultura a sus seres queridos, los familiares tuvieron que atravesar una auténtica pesadilla por la impericia de los efectivos que quedaron bajo la lupa.

Cabe recordar que el único sobreviviente que viajaba en el automóvil se recupera favorablemente de los politraumatismos, de la lesión en el cuero cabelludo y de la contusión pulmonar.

El crudo relato:

"A esta hora hay un grupo de mujeres con una bolsa llena de restos humanos rebotando de comisaría en comisaría porque no se los quieren recibir. Son las viudas y hermanas de los fallecidos en el choque de hoy entre un tren y un auto, en Tucumán", comienza el hilo de Twitter de la periodista que estuvo en el lugar del accidente .

"A diferencia de otros pasos a nivel, en este no se pone ni personal del ferrocarril ni policial a cortar el tránsito o a avisar que viene el tren. Por supuesto no hay barreras. No hay nada que te advierta que esa calle que estás por cruzar es, en realidad, una vía de tren. Es un caserío bien pobre en villa Muñecas. Las casas que están a la izquierda del tren tienen entrada por una calle, y todos lograron tapiar el fondo. Las tapias están a un metro de la vía. Pero las casas de la derecha tienen como única entrada la vía del tren", detalló sobre la zona del choque.

Sin embargo, luego de contar detalles de algunos vecinos, dio paso al horror que vivieron los familiares: "Cuando lograron recuperar los restos, a los familiares les dijeron que les iban a dar las bolsitas ahí nomás, en las casas, para que las metan en un cajón y las velen. El dolor se hizo insoportable".

"Las familias no sabían si iban a poder abrirlas y empezar a seleccionar qué parte era de cada uno de los fallecidos para ubicarlas en su respectivo ataúd. Pidieron que por favor se lleven los restos a la Morgue y allí más o menos los acomoden y les entreguen diferenciados los de Sebastián Ponce, de 27 años, y de Julio César Medina, de 32. La Policía accedió", agregó.

Cuando las tareas terminaron, Romero indicó que el tren se movió y los vecinos se dieron cuenta que los investigadores no habían recogido muchos restos: "Los juntaron y los pusieron en una bolsa, de esas en las que se vende papa. Y se los dieron a los familiares".

"Los familiares, sin saber bien qué hacer, se fueron a la comisaría 14 a entregarlos. Pero allí les dijeron que no les podían recibir la bolsa. Entonces, se fueron a la 12, que es la que intervino. Allí les dijeron lo mismo. Se fueron a la Morgue y adivinen qué les dijeron allí. Sí, que tampoco podían recibirles los restos. Ya eran más de medianoche y la viuda de Ponce, la hermana de Medina y otros familiares se fueron de nuevo a la comisaría 14. No sabían qué hacer y llamaron a la prensa", explicó.

Luego, la periodista indicó que gracias a la buena voluntad de un comisario, en la dependencia policial 12 recibieron los restos para que "la gente pueda ir a descansar sin tener que cuidarlos toda la noche de los perros y los animales, a la espera de poder comenzar con los velorios".

"La muerte es horrible, pero la muerte en la pobreza a veces no tiene una pizca de dignidad. Nunca imaginé, ni en la fantasía más perversa, ver una viuda con la mandíbula de su marido deambular por la ciudad porque nadie se la quiere recibir", finalizó.