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Lo tiraron por el acantilado y le hicieron lo peor a su mamá: dolor nene salteño

La historia recorre el país y sensibilizó a todo el mundo.

La idílica playa que tanto amaba María Alcoba se convirtió en el escenario de una tragedia inimaginable la tarde del 20 de febrero de 2020 en Puerto Deseado, Santa Cruz. Un paseo rutinario por la Cueva de los Leones se transformó en una pesadilla cuando María y su hijo, Santino Subelza, de apenas 4 años, fueron víctimas de uno de los crímenes y abusos sexuales más escalofriantes de los últimos años.

La tranquilidad del entorno se vio eclipsada cuando un hombre y un adolescente, lejos de ser pescadores como inicialmente se pensó, se acercaron a María y Santino. Lo que siguió fue una serie de eventos que horrorizaron a la comunidad de 20 mil habitantes de Puerto Deseado, y que ha dejado secuelas imborrables.

María, al sentir la amenaza de un cuchillo, intentó negociar con los agresores, explicándoles que no llevaba objetos de valor. Sin embargo, el plan de Omar Alvarado (34) y Javier Machado (16) iba más allá del robo. Los llevaron a una de las cuevas, despojaron a María de sus pertenencias y, lo que es aún más aterrador, abusaron de ella.

La tragedia alcanzó su punto culminante cuando Alvarado, de manera brutal, agredió a María con una piedra, dejándola al borde de la muerte. Su pequeño Santino sufrió un destino aún más cruel: fue asesinado a golpes y arrojado por un acantilado en Punta Cavendish, cercano a la Cueva de los Leones.

La crueldad de los agresores quedó al descubierto al dejar el cuerpo del niño, ya sin vida, a orillas del agua, presumiendo que la marea se lo llevaría. Sin embargo, la marea no subió lo suficiente, y horas después, el cuerpo de Santino fue descubierto.

María, a pesar de las heridas físicas y emocionales, logró sobrevivir y emprendió la búsqueda desesperada de su hijo. El horror del crimen estremeció a la comunidad y reveló la oscura realidad de la negligencia en la preservación de la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.

El arresto de Alvarado dos días después no hizo sino arrojar luz sobre un historial delictivo aún más inquietante: su propia hermana lo acusó de intentar matar a su hijo un mes antes, en el mismo lugar y de la misma manera. La comunidad de Puerto Deseado, marcada por esta tragedia, exige respuestas y acciones que eviten que casos tan escalofriantes vuelvan a repetirse en el futuro.

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Comentarios

  • MATEN A ESAS RATAS YA !!!

    NO MERECEN SER ALIMENTADAS CON NUESTROS IMPUESTOS.

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