Lo llevó a cenar, le puso un antifaz y todo terminó de la peor manera: le dieron perpetua

San Juan no sale de su asombro tras la sentencia dictada este lunes en uno de los casos más escalofriantes del último tiempo. Luciana Bustos Sánchez, investigadora del Conicet, fue condenada a prisión perpetua por asesinar de forma brutal a su amigo Marcelo Amarfil durante un encuentro íntimo ocurrido entre la noche del 16 y la madrugada del 17 de enero de este año.

El crimen tuvo lugar en una zona descampada, cercana al aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento. Según la acusación, Bustos Sánchez llevó al hombre hasta ese sitio, lo ató al volante del auto, le colocó un antifaz y, aprovechando su estado de indefensión, lo degolló y le aplicó seis puñaladas.

La sentencia fue dictada por los jueces Guillermo Adárvez, Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón, tras reanudarse el juicio que se había interrumpido en abril por problemas de salud de uno de los magistrados. La mujer fue hallada culpable de homicidio doloso doblemente agravado por el vínculo y por alevosía.

En su declaración inicial ante la Policía, Bustos Sánchez había intentado desviar la atención afirmando: "Mi amigo se mató; tuvo un brote psicótico". Sin embargo, las pruebas en su contra resultaron contundentes.

Durante el juicio, la hermana de la víctima, Graciela Amarfil, relató que Luciana pasó a buscar a Marcelo esa noche y lo convenció de salir a cenar. Ambos mantenían una relación de amistad cercana, y nada hacía prever un final tan macabro.