El peor monstruo

Enfermero abusador asumió aplicar un inyectable a su víctima para dormirla: "Estaba angustiada"

Le dijo que le pondría un protector hepático, pero era otra cosa.

José Luis Solorzano, nacido en Capital Federal, se presentó como un profesional muy eficiente y con trayectoria en varios sanatorios de esta ciudad. La justicia, sin embargo, lo halló culpable de abuso sexual y lo condenó a 7 años de prisión.

La condena del enfermero Solorzano a siete años de prisión por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, sentencia dictada por el juez Pablo Farah, no pasó desapercibida, en especial en los pasillos de varios centros médicos de la ciudad, donde varios colegas y otros profesionales de la salud se mostraron más que asombrados por el final que tuvo el experimentado sanitarista.

Sobre el hecho y el debate que se llevó adelante, se pudo conocer que Solorzano cuestionó hasta el final el relato de la paciente que lo denunció, aunque sí reconoció ciertos aspectos del hecho, entre ellos, el haberle aplicado a la mujer una medida de lorazepam.

"Le puse un poquito nada más para que me deje hacer el procedimiento de la cama 12", reconoció, a la vez que enfatizó que en ningún momento forzó o la agarró por la fuerza a la paciente para suministrarle dicho medicamento. "No soy de actuar así", agregó.

Sobre ese día, el 15 de marzo del 2021, Solorzano, de contextura baja y robusta, contó que fue sobrecargado con dos turnos. No obstante, atendió todos los pedidos que le hicieron, entre los que estaba la de la joven paciente que lo denunció, quien llegó al sanatorio para un tratamiento con corticoides por su enfermedad: púrpura trombocitopénica idiopática.

Esa madrugada, tras estar internada desde el día 11, se decidió cambiarla al sector de terapia intensiva del Sanatorio Santa Clara de Asís, siendo alojada en la cama 11, la cual no fue una más, pues se trata de una habitación que cuenta con una cámara de video, instalada por una médica de ese centro privado, cuando llevó a su padre para un tratamiento.

Solorzano sabía de la cámara, pues reconoció en el debate que solían taparla, cuando se daban una siestita. Una vez instalada y medicada, la médica de cabecera se marchó y todo quedó en manos del enfermero, quien decidió aplicarle una dosis del calmante ya entrada la madrugada, aunque nunca le dijo a la víctima que se trataba de lorazepan, sino que era un protector gástrico.

Conocedora del tratamiento, la joven le dijo que ya le había puesto dicha dosis a las 22, por lo que no correspondía. Incluso, describió que el contenido de la jeringa no era igual, sino más bien blanquecino. Lejos de dar explicaciones, el enfermero le aplicó la inyección.

Este aspecto no fue muy discutido en el debate, puesto que la cámara filmó ese momento. De las imágenes, según surge del fallo, se nota claramente como el acusado se acerca con la jeringa que ya tenía preparada y tras cruzar un breve diálogo, le inyecta la dosis.

Según Solorzano, lo hizo porque la paciente estaba muy angustiada, pero nada de ese se menciona en el debate. Lo cierto es que apenas colocado el inyectable, la paciente se durmió. Ella mencionó que el acusado le cerró los ojos con sus dedos y no se despertó hasta las 2.30.

Entre que se durmió y se despertó, pasaron 27 minutos, el tiempo que la cámara no registró ninguna imagen debido a que Solorzano le puso una tela encima. En ese tiempo, según la fiscalía, el enfermero abusó sexualmente de la paciente, pues la mujer al despertarse, tenía la ropa interior y el pijama bajado hasta los pies.

Pero esto no fue todo, pues las prendas íntimas estaban húmedas y también sentía un fuerte dolor anal. Al respecto, en la filmación se advierte cómo la víctima mete sus manos dentro de la cama advierte esta situación y, en el acto, le reclama al enfermero.

Asimismo, resaltó que al ingresar a la pieza y verla despierta Solorzano se mostró sorprendido, no obstante, se apuró en revisarle el suero. Ante el reclamo de la mujer, el acusado negó en todo momento haber abusado de ella, incluso en el juicio, descartó esa posibilidad.

Por el contrario, se mostró como un profesional de alta eficiencia. El medio colega, Informate Salta detalló que durante la audiencia de debate expresó que se volcó por ser enfermero de profesión, puesto que estando en la marina le hicieron un test psicológico y le salió esa vocación. Su llegada a Salta, en tanto, se debió a problemas económicos de su familia, la que se mudó a esta provincia.

Agregó que antes de terminar la carrera, ya le dieron trabajo por ser de confianza y por la forma en que trataba a los chicos en el Legado Güemes. Luego, mencionó que tuvo un gran desempeño en otros sanatorios privados de esta ciudad, como El Parque, Modelo e IMAC.

Dada la ausencia de semen en las prendas y los órganos genitales de la paciente, el enfermero, al parecer, estaba confiado en que podía sortear el pleito. Nada de eso sucedió, pues el juez, al analizar el caso, no dejó pasar aspectos claves, como el haber tapado la cámara y haberle aplicado a la paciente un calmante que la durmió en el acto.

Las excusas dadas por el acusado no convencieron al magistrado, quien entendió que el relato de la víctima fue fidedigno y estaba apoyado por las imágenes de la cámara, como así también en las declaraciones brindadas por otros profesionales de la salud y peritos que declararon en el juicio, quienes para nada favorecieron la coartada de Solorzano, quien ahora cumple la pena impuesta en el penal de Villa Las Rosas.

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Comentarios

  • Ahora anda

    Amortiguando zopedas con la boca

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  • JUSTICIA

    Por fin se hizo justicia y no le dieron una condena de ejecución condicional

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  • TEMPO MALTOQUE

    Pero..si tenía trombocitopénica idiopática, ¿por qué no le suministró un simple anti-idiótico?

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