El infierno que vivió una de las víctimas de Teruel tras "la noche del horror"

Es evidente que una situación de abuso puede provocar en las víctimas efectos que perduran en el tiempo y son difíciles de superar. Esto quedó expuesto en el relato de testigos que participaron ayer de la octava jornada del juicio contra Marcos Lautaro Teruel y sus dos amigos, Silvio Ezequiel Rodríguez y Gonzalo Isaac Farfán, imputados por delitos de abuso sexual.

En la causa acumulada por la que son juzgados se les acusa de delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas.

En este sentido, el tribunal escuchó en primer término a una amiga de Teruel y de Farfán, quien compareció por videoconferencia desde Córdoba. Contó que conocía a Lautaro desde 2012 o 2013 y que a la denunciante P. F. G. la había cruzado en reuniones realizadas en la casa de Teruel, pero aclaró que no eran amigas.

Durante su declaración se reprodujeron audios que intercambió con Lautaro por WhatsApp, donde él le da su versión acerca del suceso denunciado por P. F. G. En ellos, el acusado admite que esa noche de verano (2014) mantuvo relaciones con la denunciante, pero asegura que fueron consentidas.

A continuación declaró por videoconferencia, también desde Córdoba, el joven con quien P. F. G. había salido a tomar algo en un bar de la Balcarce, cuando se les sumaron los tres acusados, alrededor de las 22. Dijo que conocía a Farfán porque era amigo de la denunciante. Confirmó que luego de él se retiró del bar porque tenía otros planes y P. F. G. se quedó con los tres imputados. Ella le comentó que estaba interesada en uno de los tres chicos (Silvio Rodríguez).

Seguidamente declaró desde CABA, también por videollamada, otro amigo de la denunciante. Fue la persona con quien P. F. G. dijo haberse encontrado en la fiesta adonde fue con los imputados, en la terraza de un edificio en El Huaico.

Contó que conocía a la joven desde la adolescencia. Indicó que esa noche vio que ella estaba con tres jóvenes. Hacía mucho que no se veían, conversaron unos quince minutos y cada uno regresó con su respectivo grupo de amigos. Dijo que, durante la charla mantenida, ella habló fluidamente y que no la había notado alcoholizada.

Entre los testigos que declararon durante la mañana también estuvo un amigo de Silvio Rodríguez, quien refirió haber notado al acusado muy angustiado luego del "escrache" publicado en facebook.

También comparecieron la pareja de Rodríguez, otras dos amigas de P. F. G., una compañera de trabajo de Farfán, un médico del CIF que le realizó un examen ginecológico a P. F. G. y una escribana que rubricó una escritura con capturas de pantalla tomadas de una cuenta de Instagram (añadidas a la causa).

El juicio se lleva a cabo con tribunal colegiado integrado por los jueces de la Sala III, Carolina Sanguedolce (presidenta), María Gabriela González y Pablo Farah (vocales).