Caso Monges: la defensa de los hermanos Bejarano denunció manipulación

La causa por el crimen de Darío Monges, cuyo cuerpo fue hallado el 3 de septiembre de 2022 en su camioneta Ford Ecosport, sigue generando controversia. En la jornada de ayer, durante los alegatos de la defensa, se destacó la existencia de diversas contradicciones en la investigación y en los métodos utilizados por la Fiscalía, lo que podría cambiar el rumbo del caso.

Las abogadas defensoras, Clarisa Galán, Gala Poma y Luciana Cruz, pusieron en duda varias de las pruebas presentadas por la acusación, señalando que la investigación estuvo marcada por inconsistencias y posibles irregularidades. En particular, cuestionaron el operativo realizado el 17 de septiembre de 2022 en la casa de David Bejarano, uno de los acusados, cuando agentes de la policía ingresaron sin una orden judicial y secuestraron celulares. La defensa calificó el allanamiento como ilegal, argumentando que se violaron los derechos de Bejarano, quien no estaba imputado en ese momento.

Además, la defensa destacó que los celulares secuestrados durante dicho operativo mostraban pruebas manipuladas, como la alteración de los mensajes de WhatsApp de Bejarano. También hicieron hincapié en la clonación del chip del celular de Monges, un elemento clave en la causa, señalando que no se respetó la cadena de custodia y que la prueba podría haber sido manipulada.

Otro punto polémico fue la acusación de que solo se han utilizado pruebas indiciarias para acusar a los Bejarano. La defensa sostuvo que no existen pruebas directas que vinculen a los imputados con el crimen de Monges y que las pruebas odorológicas, que supuestamente vinculan a los Bejarano con la camioneta de la víctima, pueden haber sido manipuladas. Además, señalaron que no se tomaron en cuenta otras líneas de investigación, como la posible implicación de figuras vinculadas al narcotráfico, como Benjamín Cruz y Cristian "Gringo" Palavecino.

En cuanto a los acusados, la defensa también cuestionó las pruebas presentadas en su contra. En el caso de Catalino Bejarano, padre de los imputados, se argumentó que la única prueba en su contra era una prueba odorológica que podría haberse originado por una transferencia de olores de su hijo Santiago Bejarano. En el caso de Santiago, se insistió en que no tenía teléfono celular, por lo que se comunicaba a través de una computadora portátil, lo que desmentiría las acusaciones que lo vinculan con el crimen.

Un aspecto relevante de la causa es la reciente mención de una posible "causa Monges II", que investigaría a los autores intelectuales del crimen. La defensa mostró su preocupación por este cambio de enfoque, ya que en los alegatos iniciales se había planteado el móvil del crimen como un ajuste de cuentas relacionado con el microtráfico de drogas. Este giro podría complicar aún más el panorama para los acusados, quienes ya enfrentan cargos por el asesinato de Monges.

La investigación, que se había planteado inicialmente bajo el marco de la justicia provincial, pasó a ser considerada por la Justicia Federal debido a la gravedad del caso y la complejidad de las pruebas involucradas. A pesar de los avances en la causa, la defensa sigue insistiendo en la existencia de irregularidades y manipulaciones, lo que podría tener un impacto en el futuro de los acusados.

Con el juicio en pleno desarrollo, se espera que la Fiscalía y la Defensoría de la Víctima respondan a las críticas planteadas, mientras que el tribunal deberá decidir si las pruebas presentadas son suficientes para llegar a una condena o si, por el contrario, se requiere una nueva línea de investigación que arroje mayores certezas sobre el crimen de Darío Monges.