Sin clases no hay paraíso
Parece el nombre de una novela y precisamente los protagonistas son los gremios y el Gobierno, ya que los números no cierran y se viene un paro muy peligroso en un año electoral.
Las paritarias se embarraron por una serie de hechos que involucraron a sindicalistas de peso, luego de la ferviente oposición de la Intergremial al 17% que ofreció el Gobierno, parecen levantarse en pie de guerra uno contra otro.
En los últimos días salió a la luz que la secretaria general de ADP, Patricia Argañaraz, se autoadjudicó una casa del IPV, curiosamente la gremialista más cercana al urtubeycisimo, ahora es señalada como el enemigo más grande.
A esto se suma una frase del Jefe de Gabinete, Carlos Parodi, en la que deja en claro que si los docentes no aceptan el numero ofrecido, todos los empleados del sector público serán perjudicados, ya que no cobrarán el aumento. "Si quieren cobrar con el aumento el 4 de marzo, el 1 es la fecha tope para que acepten el ofrecimiento", fue la frase que deja a las claras una especie de paso de responsabilidades, para hacer que entre los empleados públicos miren fijamente lo que ocurre en la negociación y se pongan todos a favor del 17%. Entre líneas deja un claro mensaje: si no cobran el aumento es por culpa de la docencia. Ellos no arreglaron.
El otro dolor de cabeza para el Ejecutivo tiene que ver con el rechazo del número ofrecido por parte de los gremios de la salud, que al igual que los maestros, esperan una oferta superadora o por lo menos que pase la linea del 20%.
"El piso de la negociación es el 25% más los ítem que no se cumplieron del año pasado", fue la contrapropuesta de la docencia que va camino a la medida de fuerza como se anunció en otras provincias.
Todos, vos, yo... conocemos un maestro, ya sean familiares o amigos. El punto está en saber si el Gobierno escuchará el pedido a gritos de un salario digno o hará caso omiso del reclamo de sus empleados.
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