Las medidas que se vienen son poco populares y antipáticas: hay que compartir el costo

No habrá Fase 1. Ya lo confirmaron desde la Casa Rosada. Sin embargo desde el Gobierno analizan un paquete de medidas para seguir restringiendo la circulación de personas ante el avance de la segunda ola. ¿Qué preocupa en el Gobierno? Qué los gobernadores no quieran asumir el costo político que significa tomar medidas poco simpáticas para la sociedad. 

Diversos estudios que se hicieron advierten que la gente no toleraría otra etapa de aislamiento total. No solo en el aspecto económico. También en el social. 

Peor aún tomar medidas rechazadas por un gran porcentaje de la sociedad en un año electoral donde muchos de los gobernadores y el propio presidente pondrán en juego parte de su capital político. Será una elección inusual y atravesada por la pandemia. 

La pandemia es dinámica. No es lo mismo en todos lados. Ayer Aguilar del COE en Salta explicaba que la provincia viene una semanas atrás del Gran Buenos Aires. Eso significa que no se puede tomar medidas idénticas. 

Sin dudas, gobernadores e intendentes no tendrán otra alternativa que asumir el costo político de tomar medidas que no gusten mucho pero que si logren mantener el necesario equilibrio de que la economía no se desbarranque y los sistemas sanitarios no colapsen.