Héctor Chibán

Diputado provincial
"La doble moral"

Carta abierta al monaguillo del monseñor Aguer

Andrés Suriani es Diputado Provincial por el PRO; pero, en nuestro medio, es más conocido por su implacable adhesión al peronismo de derecha. Cuando se le presenta oportunidad, y aun cuando no se le presenta, no deja de exhibir su apasionada admiración por actores y actos de la derecha más reaccionaria; incluyendo, por supuesto, a los de origen clerical: desde Juan Manuel de Rosas hasta Héctor Rubén Aguer -arzobispo de La Plata recientemente "renunciado" por, entre otros exabruptos, haber criticado duramente al presidente Macri por "haber permitido la discusión sobre el aborto"-, pasando por Carlos Saúl Menem; desde la enseñanza de la religión católica en las aulas de las escuelas públicas salteñas en horario de clase, pasando por el antifeminismo reaccionario, hasta la "aniquilación subversiva" emprendida por el gobierno de Isabel Perón y luego continuada por las sucesivas Juntas Militares. 

El liberalismo político no es lo suyo. Últimamente, Suriani se ha mostrado muy activo. El día que la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, tras quince minutos de debate, denegó el pedido de juicio político formulado contra el presidente de la Corte de Justicia por tres diputados de la UCR junto con los tres compañeros de bancada de Suriani, fue éste quien hizo el anuncio de esa decisión; con una alegría que no podía disimular, pues dicha resolución -que él había contribuido a adoptar, como integrante de la Comisión de Juicio Político-era favorable al Dr. Guillermo Catalano, apoderado del Partido Justicialista hasta que asumió como juez de la Corte de Justicia que ahora preside, e íntimo amigo del diputado Suriani. 

Precisamente, por esa relación de profunda amistad, todos esperaban que Suriani se excusara de intervenir en el proceso de juicio político contra Catalano, pero no lo hizo. La doble moral. Al otro día de aquello, en la sesión del pasado 5 de junio, Suriani le propuso a sus pares de la Cámara de Diputados que respalden su pedido de que los niños salteños acudan, junto a sus escuelas, a las misas "del Milagro"; en abierta violación a lo dispuesto recientemente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en orden a que la materia religión no puede ser impartida en horario de clase, como corresponde en un estado laico. 

A Suriani, claramente, las conciencias libres le provocan pánico. El día viernes 15 de junio la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a la ley de aborto legal, seguro y gratuito. De la primera sesión de la Cámara de Diputados de Salta siguiente a aquella jornada histórica, guardo en mi memoria el enojo que irradiaba el rostro de Suriani; y lo plasmó en palabras: en el inicio, hizo público su "lamento que en Argentina tengamos que estar discutiendo la legalización del aborto". 

Al igual que monseñor Aguer lo hiciera un tiempo antes, Suriani despotricaba contra el presidente Macri; quien, en la Argentina del Papa Francisco, se atrevió a poner en la agenda política argentina el tema del aborto. Y cuando culminaban las manifestaciones en la Cámara baja provincial, siempre en torno de este asunto, el presidente del bloque radical expuso su apoyo, aduciendo que estábamos frente a "una verdadera causa libertaria". De inmediato, Suriani comentó al oído de una compañera suya de bloque: "¿Te das cuenta? ¡Quieren libertad!" . Comentario muy escueto, y a la vez, contundentemente autoritario. 

Pero faltaba la peor versión de Suriani. Hace unos días, la exitosa cineasta Lucrecia Martel -oriunda de Salta y compenetrada y a la vez comprometida con la dificilísima realidad de su provincia-se pronunció a favor del aborto legal, junto con otras mujeres del ámbito artístico y cultural; también expresó su repudio a los siete diputados nacionales de Salta que votaron en contra de la ley; y pidió a los tres senadores nacionales por Salta que "salgan a la calle" y se informen de la situación imperante. "Estamos preocupadas por las noticias que seguirán llegando desde los hospitales de nuestra provincia, donde las mujeres están muriendo por abortos clandestinos", indicó. 

A los legisladores nacionales que votaron negativamente la ley, fundamentando su rechazo con argumentos pobrísimos, les dijo: "Necesitábamos saber cómo piensan erradicar un mal del que nunca han querido saber dónde sucede, cómo sucede, ni conocer las circunstancias ni las razones por las que muchas mujeres deciden tomar un camino tan difícil, tan doloroso". Martel prosigue y da en la tecla: "En todos los discursos, a favor y en contra de la ley, ha habido una coincidencia: la educación es un factor fundamental para disminuir el número de abortos. El deterioro de la educación agita a nuestro país. En pobreza e ignorancia el norte argentino tiene las cifras más altas. Y es la región que más votos ha dado para mantener el aborto a espaldas de la salud pública. No es casual"

La claridad y contundencia de Lucrecia Martel, hicieron que Suriani se sintiera "obligado" a responderle, desbordado de odio y temor. "Hay feministas que reclaman fervientemente una igualdad con el hombre pero solo lo hacen de manera preferencial en aquellos aspectos que les resulta más conveniente. Del mismo modo hay padres que ejercen una llamativa militancia en contra de la educación religiosa en las escuelas públicas que jamás se quejaron de no tener que llevar a sus hijos a la escuela los feriados por la festividad del Señor y la Virgen del Milagro Salteño. Desde esa línea, infantil y fácilmente refutable, es que se formuló la reciente petición pública que suscribe, entro otros, Lucrecia Martel, auto proclamada ahora rectora de los caminos por donde debe transitar nuestra historia." Y agrega: "Ahora, para precisar algunas falacias que se reiteran y son muletillas típicas de la ideología de género debemos aclarar, aunque parezca muy obvio, que la supuesta clandestinidad en los abortos no es motivo para su legalización. Matar a un inocente, ya sea de manera oculta o no, siempre será un crimen. Con el razonamiento de Martel también tendríamos que legalizar muchísimas prácticas delictivas justamente por realizarse en la clandestinidad. Disparate que no amerita más aclaración. Otro desatino insostenible, propio del feminismo radicalizado, es apartar de la discusión sobre aborto al hombre, como si este no hubiese tenido nada que ver en el embarazo. La manipulación y parcialidad con la que tratan el tema asombra por lo pueril de sus fundamentos." 

Ahora sí le voy a hablar a Usted, Suriani. Usted cree vivir en un estado teocrático. Usted quiere retrotraer las cosas a 1.810, y antes todavía. Usted quiere actuar como si Esteban Echeverría, Belgrano, San Martín, Sarmiento y Alberdi, Mitre y Roca no hubiesen transitado por estas tierras. Usted se olvida que la idea de "libertad de conciencia" -que precede y origina a la libertad de culto-se impuso en el decurso constitucional argentino. Que la Ley 1.420 que consagra la educación laica en nuestro país fue un mojón trascendental en esa lucha libertaria. 

Usted habla como si imperara un régimen contrario al vigente: solo así puede resultarle "llamativo" que haya personas que estemos en contra de la educación religiosa en las escuelas públicas; o que apoyemos fervientemente la idea de que las escuelas no vayan a las misas del Señor y la Virgen del Milagro. Los niños que quieran, pueden hacerlo. Suriani: en una democracia liberal, como dicen que es la nuestra, gobierna la mayoría con estricto respeto de las minorías. A Dios gracias, no vivimos en un estado teocrático, como a Usted le gustaría. 

Por lo demás, considero importante resaltar la brillante vinculación que hizo Lucrecia Martel entre educación y aborto: dijo que "la educación es un factor fundamental para disminuir el número de abortos. El deterioro de la educación agita a nuestro país. En pobreza e ignorancia el norte argentino tiene las cifras más altas. Y es la región que más votos ha dado para mantener el aborto a espaldas de la salud pública. No es casual." Suriani: Usted no sólo se opone al "aborto legal, seguro y gratuito"; también se opone a la "educación sexual para decidir" y a los "anticonceptivos para no abortar". 

Usted sigue pregonando que el único método anticonceptivo y la única forma de evitar las ETS es la castidad. Suriani, se lo vuelvo a decir: Usted no quiere que nuestros jóvenes se eduquen sexualmente, ni que usen anticonceptivos; aun a costa de que, por falta de educación sexual y por no usar anticonceptivos, se incrementen brutalmente las ETS y los abortos. Suriani: Usted es un perverso. Y respecto a su pretensión de ningunear la clandestinidad de los abortos ("supuesta clandestinidad") o lo que es peor: su desaprensiva justificación de las muertes o secuelas irreversibles que sufren las mujeres que interrumpen sus embarazos en esas condiciones de clandestinidad ("también tendríamos que legalizar muchísimas prácticas delictivas justamente por realizarse en la clandestinidad"), muestra claramente la perversión de su argumento. 

En su razonamiento, la muerte o una grave secuela física que padece una mujer que aborta en la clandestinidad es una penitencia que debe pagar esa pecadora, y el Estado debe reforzar esa idea. Es la muerte justificada en razón de la vida. En estas circunstancias me viene a la memoria Pablo Giussani (Montoneros la soberbia armada) citando a Umberto Eco: "Nos ocurre de tanto en tanto tener que explicar a otros o a nosotros mismos lo que es el fascismo. Y nos damos cuenta de que es una categoría muy esquiva: no sólo es violencia, porque ha habido violencias de varios colores; no es sólo un estado corporativo, porque hay corporativismos no fascistas; no es sólo dictadura, nacionalismo, belicismo, vicios comunes a otras ideologías. A menudo corremos, incluso, el riesgo de definir como "fascismo" la ideología de los otros. Pero hay un componente a partir del cual el fascismo es reconocible en estado puro. Dondequiera que se manifieste, sabemos con absoluta seguridad que de esa premisa no podrá surgir otra cosa que "el" fascismo: se trata del culto de la muerte. Ningún movimiento político e ideológico se ha identificado tan decididamente con la necrofilia erigida en ritual y en razón de la vida. Muchos mueren por sus propias ideas y muchos hacen morir a otros, por ideales o por intereses, pero cuando la muerte no es considerada un medio para obtener otra cosa sino un valor en sí, tenemos entonces el germen del fascismo y tendremos que llamar fascismo todo lo que se convierte en agente de esta promoción. 

Hablo aquí de la muerte como un valor que se afirma por sí mismo. No me refiero a la muerte para la cual vive el filósofo, quien sabe que en el trasfondo de esta necesidad, y a través de su aceptación, cobran sentido los valores; ni me refiero a la muerte del hombre de fe, que no reniega de su propia mortalidad sino que la juzga providencial y benéfica porque a través de ella alcanzará otra vida. Me refiero a la muerte sentida como "urgente", como fuente de júbilo, verdad, justicia, purificación, orgullo, sea la causada a otros, sea la causada a uno mismo" ¿Se entiende, no?

Héctor Chibán 

Comentarios

  • Catalano..

    Gracias Andres x ser mi defensor y vocero, apenas pueda te hago mierda y te desconozco como a todos los que me ayudaron o me hicieron favores. Sonzo!!! jajajaja!!

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  • Puro odio

    Pocas veces vi tanto odio en un escrito de un diputado a otro..... y eso que siempre discuten entre politicos. Aca hay algo mas... envidia. Envidia de ganarse los votos de las personas de bien... Lo digo porque no lo vi escribir asi contra cantidad de buscas que hay en la camara

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  • El observador

    Chiban cada vez mas cerca de las feminazis y mas lejos del pueblo de salta

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  • Salta

    Chiban soy salteño y radical. Fuiste no contés con mi voto ni el de mi familia abortero impresentable

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  • Silvio

    Hace poquito pensaba que la Iglesia, así como da la vida también da la muerte, encarnada en Satanás, su antidiscurso.

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  • Silvio

    La nota termina siendo El sermón de la muerte. Me encanta. ¡Buena nota!

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  • Irma

    Tan mal escrito y carente de ideas su artículo, que me hace coincidir en algo con la resentida Lucrecia Martell: "es tan grande la ignorancia y la pobreza en el norte argentino"... Que algunos ignorantes buscas de dinero, llegan a diputados!!! Creer que el aborto va a solucionar las muertes maternas, el problema político, la incoherencia religiosa.... ¿Con sangre inocente? Esa es su gran propuesta? Que bajo cayó Chibán... Triste.

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  • Eduardo

    Chivan: matar Seres Humanos, en la etapa de mayor vulnerabilidad sólo xq no se quiere alguien responsabilizar de sus actos o modificar sus proyectos ¿no es cultura de muertes? Alegrarse y celebrar porque el genocidio de personas indefensas será libre y gratuito ¿no es júbilo por la muerte? ¿Quien es el fascista, el que defiende la vida de un ser humano indefenso o el considera libertario la matanza de los niños no nacidos? Revise a quien le cabe el sayo de nazista

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  • RojoYBlanco

    Suriani es un vigilante. Literalmente

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