¿El regreso del bipartidismo?

El triunfo de Alberto Fernández no sólo significó el regreso del peronismo al poder luego de cuatro años, sino también el posible resurgimiento de un bipartidismo que parecía desterrado en Argentina. Mauricio Macri perdió y dejó el gobierno con más del 40% de los votos, un número bastante elevado si se tiene en cuenta la pésima gestión en materia económica. El candidato del Frente de Todos obtuvo más del 48% y hubo una marcada polarización que no permitió la irrupción de un tercero en discordia.

En los últimos cuatro años, el voto denominado "antiperonista" fue capitalizado por el macrismo, y en las elecciones de octubre no fue la excepción. Sin embargo, el liderazgo de ese espacio puede entrar en discusión en los meses venideros con Cambiemos en la oposición. Irrumpen en escena otros referentes que pueden arrebatarle ese título a Macri. Uno de ellos es Horacio Rodríguez Larreta, de los pocos que conservaron territorialidad en ese espacio. Sea como sea, el objetivo será conservar el piso del 40% y evitar una dispersión de esos votos hacia otras alternativas opositoras.

Así como el PRO buscará mantener la alianza con la UCR, el Frente de Todos buscará hacer lo mismo entre sus socios internos. Precisamente, una de las claves de la victoria de Fernández fue la unidad del peronismo: kirchnerismo, gobernadores, sindicalistas y massismo. La diferencia con 2015 puede explicarse en la incorporación de Sergio Massa al frente. Ahí comenzó a gestarse el triunfo del ex jefe de Gabinete en las elecciones presidenciales.

Hoy por hoy, el mapa muestra una sociedad dividida entre un 48% y un 40% que puede oscilar con el paso de los meses. El resto del electorado se reparte entre reaccionarios de izquierda, de derecha y una porción de peronismo no afín al kichnerismo. De mantenerse consolidados esos números, estaríamos en presencia del retorno del bipartidismo. Un sistema que supo tener lugar durante buena parte de la historia argentina entre peronistas y radicales, pero que luego se disipó con la crisis de los partidos políticos y la atomización de la oferta electoral. Un sistema que tiene vigencia en distintos países del mundo como por ejemplo Estados Unidos, y que simplifica el voto a los ciudadanos.

Una de las novedades del año que se va fue la capacidad de movilización del público de Cambiemos identificado con el "antiperonismo". Tomaron la calle tras el golpazo de las PASO y enviaron un mensaje a futuro que seguramente Fernández interpretó. Históricamente, la calle fue un terreno pura y exclusivamente del peronismo. ¿Será un fenómeno que llegó para quedarse o sólo algo pasajero? Sin lugar a dudas el merece un análisis sociológico. Como así también el regreso del bipartidismo a un país que siempre depara sorpresas.