Emi Alonso

Columnista
Hambre de equidad

A sala llena: los comedores escolares intentan enfrentar la crisis alimentaria

Ojos de alivio, esfuerzo de quienes menos tienen, y palabras que duelen en lo profundo, fueron el marco del primer fin de semana del Programa Alimentario Salteño (PAS).

La realidad en Salta dice mucho más que los índices, y si hablando de los peores indices nuestra provincia se ubica entre los primeros puestos, lo que vemos en las calles puede ser más desalentador. Como es sabido, en los últimos cuatro años la crisis sacudió a los sectores más vulnerables, y sus ingresos quedaron muy lejos del costo de la canasta básica, que ya supera los 30.000 pesos para una familia tipo. 

Ante esto, el Congreso Nacional aprobó la Emergencia Alimentaria, pero en Salta se dieron pasos concretos para hacer frente a esto. La alarmante situación resultó ser bastante peor de lo que muchos se imaginan y por esto el Gobierno de Salta decidió implementar el Programa Alimentario Salteño (PAS) que consiste en abrir los comedores de 139 escuelas en todo el territorio provincial. Más de 170.000 chicos se encuentran dentro del Plan Nutricional al Escolar, y muchos de estos serán recibidos los sábados y domingos durante 13 fines de semana.

Aunque esto es insuficiente en la desesperante cotidianidad, la medida fue recibida de la mejor manera. Con los comedores llenos, y la presencia de funcionarios provinciales, cientos de niños se hicieron presentes este primer fin de semana, y los resultados se podrán ver el lunes en el regreso a la jornada escolar.

Directivos, coincidieron en que el resultado es positivo, y aquí debemos señalar la importancia de trabajo entregado por todos los miembros para que los más pequeñitos puedan acceder a una comida diaria los fines de semana. Principalmente voy a destacar la labor de ordenanzas que brillaron en la cocina, para servir un plato cargado con el corazón.

Durante una recorrida por la Ciudad de Salta una madre manifestó que "no tenía nada para darle los fines de semana", lo cual suena terrible pero vivirlo en carne propia es peor. A medida que nos alejamos de la capital la crisis se intensifica.

Un profesor de una escuela del norte provincial contó a Página 12 que los chicos regresaban los lunes a clases y esperan ansiosos la comida, relató que se notaba la falta de alimentos en la dramática falta de atención de los alumnos. "Hasta que los chicos no toman el té, la cosa está complicada", lamentó.

Tras el receso por las festividades del Milagro "cuando los chicos retornaron a las aulas el lunes siguiente se notó la falta de alimentación", explicó.

Salpicón de carne, pizza, fideos con salsa de pollo y lentejas, integran el listado de platos que los profesionales del Plan Nutricional del Escolar recomendaron y que en manos de los trabajadores devuelven la esperanza de hacer frente a la pobreza y de confirmar que podemos hacer mucho.

Quizás este programa pueda extenderse, o quizás no lo volvamos a necesitar, cosa que no creo, pero tal vez podamos aprender más de lo que nos está faltando para encuadrar en ese delicado concepto de la palabra humanidad.

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