Matías Isola

Que Pasa Salta
La Salta que duele

Pobreza y miseria en Salta, el drama que debería avergonzar a los políticos

Un relevamiento arrojó datos alarmantes sobre la pobreza estructural en Salta y desnudó la deuda de la política con varios sectores postergados de la sociedad.

Esta semana se conocieron datos alarmantes sobre la pobreza y Salta quedó expuesta nuevamente en términos sociales. Según el relevamiento del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA, 13 de las 100 localidades más pobres del país son de esta provincia. Servicios esenciales como cloacas que brillan por su ausencia en hogares de comunidades de Embarcación y Tartagal, por citar algunos ejemplos tristemente célebres.

Pobreza estructural que no se solucionó en las últimas décadas y que demuestra el fracaso de la gestión municipal, provincial y nacional, cada una con su distinto grado de responsabilidad. ¿Qué hicieron los intendentes en este tiempo? El caso de Alfredo Llaya es emblemático: un mandamás que sólo es noticia por hechos nefastos y pocas veces por brindar soluciones reales a los vecinos ante las necesidades básicas insatisfechas.

Pasó casi un cuarto de siglo de gobiernos de Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey, y Salta lamentablemente no resolvió esos problemas que duelen y que calan el alma. Comprovincianos que viven en la miseria absoluta, en el olvido, en la postergación. En su mayoría habitantes de la Salta profunda y olvidada por el centralismo de la política que pocas veces se acuerda de esos rincones recónditos.

Salta tiene dos caras de una misma moneda. Por un lado la de las bondades turísticas, paisajísticas, la marketinera. Por el otro la de niveles extremos de pobreza, analfabetismo, la del trabajo informal, la de la crisis sanitaria. Contrastes que inquietan y que invitan a la interpelación de los gobernantes. ¿Cuáles son las prioridades? Muchas veces la respuesta tiene que ver con la falta de recursos o presupuesto. Está claro que en algo se falló y que el fracaso es evidente, más allá de la excusa de turno.

Los vecinos de Misión Chaqueña o Dragones son igual de salteños que los residentes en Capital. La falta de obras y de presencia del Estado en esos lugares obligan a sus ciudadanos a vivir en condiciones indignas, situación que debería avergonzar a la dirigencia política. Por lo general, los candidatos se enfocan en los distritos con mayor cantidad de votantes y se olvidan de los pequeños parajes porque no les "reditúa" en términos electorales. Y sólo se acuerdan pocos días antes de las elecciones con el repudiable clientelismo político. Viejas prácticas que siguen más vigentes que nunca en estas latitudes. Mientras tanto, la pobreza se profundiza y condena a miles de salteños a vivir como pueden y no como quieren.

Comentarios

  • Juan

    sigan votando peronismo

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  • y si...

    el peronismo ama a los pobres, tanto que los multiplica, 25 años ininterrumpidos de gobierno peronista en Salta asi lo demuestran

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