Divide y reinarás: Macri boicoteó la cumbre del PJ con una jugada maestra

La cumbre de Gualeguaychú no hizo otra cosa que ratificar el presente sin brújula del PJ. Fue una radiografía de la poca consistencia que tiene, al menos por ahora, el sector denominado "peronismo federal" que promueve con mucho ímpetu el senador nacional Miguel Ángel Pichetto. La ausencia de los gobernadores como por ejemplo Juan Manuel Urtubey fue todo un síntoma.

"El Diablo metió la cola", dice el refrán. En este caso el que se metió de lleno y boicoteó la cumbre de Pichetto fue Mauricio Macri. El Presidente aglutinó a los gobernadores peronistas del NEA el mismo día y le quitó peso al encuentro de Gualeguaychú. Lo desinfló. En términos de ajedrez, una jugada maestra. En la jerga futbolera, una jugada de pizarrón.

Macri y Cambiemos necesitan que el peronismo siga dividido y desarticulado. Ante una gestión que cada vez tiene menos aprobación entre los ciudadanos, el oficialismo apuesta fuerte a fomentar la grieta con el kirchnerismo (lo pasado, la herencia recibida) para acrecentar sus chances electorales de cara a 2019. Esa antinomia le sirve y le resulta funcional.

Por otra parte, los peronistas federales toman cada vez más distancia de Cristina Kirchner y el escenario resulta favorable para Cambiemos. Esa es su principal carta, aunque parezca mentira. Pero la política es el arte de lo posible. Y la estrategia oficialista hoy por hoy es esa, fomentar, alimentar y estimular la división del peronismo. Y en algunos casos más extremos, cooptar o seducir a dirigentes del PJ para que se pongan al calor del gobierno de turno.

La cumbre de Gualeguaychú finalizó con la lectura de un documento denominado "Encuentro para una mejor Argentina" con claros lineamientos: la ratificación del distanciamiento con Cristina y la intención de marcar los límites a las políticas de Macri. Ese rol quiere jugar el "peronismo federal". Una postura que por el momento no hace otra cosa que beneficiar a Cambiemos.

Pichetto y compañía aseguran que la solución no pasa por amontonar dirigentes kirchneristas y no kirchneristas y en ese aspecto discrepa con Sergio Massa, ferviente defensor de una gran interna. La unidad parece una quimera a esta altura. Por el contrario, aspiran a una renovación. Ahí es donde aparece la figura de Urtubey para encabezar ese espacio que aspira a competir por la presidencia. ¿Le alcanzará para convertirse en una alternativa de poder sólida? ¿En algún momento endurecerán su discurso? ¿Qué pasará con el kirchnerismo? ¿El peronismo irá dividido? El tiempo dirá, por el momento Macri descorcha y celebra. Aunque la dura realidad del país no amerite ningún festejo.