Sociedad

El nene que murió en el Hogar Escuela, vivía ahí por la pobreza

A Ezequiel Cardozo lo aplastó una pared el lunes. Su mamá tiene una "casa" en un asentamiento y buscaba ayuda hace tiempo.

En la casa de chapa y bloques de Ezequiel Cardozo no saben si quedaron fotos suyas. “Tenía una que le sacaron cuando fue abanderado y otras de sus primeros años, pero no las encuentro”, dijo su mamá, Gabriela Durán. El chico murió aplastado por una pared en el Hogar Escuela, donde vivía de lunes a viernes mientras su familia buscaba una forma de alivianar la pobreza. La madre dijo que le ofrecieron plata pero que quiere Justicia.

Ezequiel tenía nueve años y perdió la vida el lunes cuando se le cayó encima una vieja estructura de ladrillos en hora de clases.

El niño y dos de sus siete hermanos estudiaban en el Hogar Escuela Carmen Puch de Güemes, donde se quedan a dormir durante la semana los alumnos que atraviesan situaciones de riesgo social.

La madre quería que los chicos volvieran a vivir con ella pero era difícil porque solo cuenta con una pensión. La vivienda que construyó con su hijo mayor en el asentamiento Divino Niño se inunda y se llena de barro. Además, la cocina no anda, la garrafa no siempre alcanza, el espacio es poco y el invierno se hace difícil.

“Pensé que él iba a tener ahí la mejor educación para lograr todo lo que quería, porque somos pobres pero teníamos muchos sueños”, dijo Gabriela Durán.

Ezequiel ya había decidido lo que quería hacer el resto de su vida. “Voy a ser detective para buscar a los chicos secuestrados y devolverlos a su mamá”, decía.

El viernes a la tarde, cuando una tormenta de verano en pleno junio sorprendió a los salteños, Gabriela hablaba con el Tribuno en la puerta de su casa y no dudó de que la lluvia era una señal de su hijo. “Es que él está en el cielo, pero enojado”, sentenció.

La mujer se separó hace tiempo del padre de los chicos y recorría oficinas de Gobierno con un proyecto que podía ayudarla a reorganizar su familia.

Quería conseguir un horno para hacer pan o facturas y vender en una feria vecinal que se hace los fines de semana cerca de Divino Niño. Pero la última respuesta que consiguió es que no encontraban los papeles de su pedido.

“Al velorio de mi hijo vinieron los funcionarios a ofrecernos plata, vivienda y materiales. Pero no van a conformarme ni a callarme. Ahora queremos Justicia. Pido que la ley caiga sobre los responsables, que son el gobernador, el ministro de Educación y los que tienen que revisar el estado de los edificios”, declaró Gabriela.

La mujer sostuvo que en el Hogar Escuela, inaugurado en 1952, no hubo un accidente sino negligencia. “No puedo creer que hayan salido a decir que de esto no hay culpables ¿Qué pasaría si Ezequiel fuera hijo de ellos?”, planteó.

En épocas en que muchos chicos de su edad se sacan fotos casi todos los días con cámaras digitales o celulares, Ezequiel dejó pocas imágenes de sus nueve años.

Las dos hermanas que vivían con el nene en el Hogar Escuela, de 8 y 12 años, no saben si volverán a estudiar ahí. “No quiero ir más porque me voy a acordar todo el tiempo de él”, dijo la mayor.

Gabriela trabajó en la Colonia Mi Hogar de Cerrillos cuidando niños. Luego decidió mudarse a la Capital, en parte, para que fuera más fácil llevar al hospital a uno de sus hijos, que sufría convulsiones.

La madre también trabajó en cosechas de tabaco y fue llevando de finca en finca a los chicos en cada temporada.

Ezequiel estaba desde primer grado en el Hogar Escuela. Él y sus hermanas volvían los viernes a la tarde a su casa para estar con su mamá el fin de semana. La última vez que la familia había estado reunida fue el lunes a la mañana, unas horas antes de que perdiera la vida.

El edificio tiene seis décadas y se abrió una investigación penal. El Hogar Escuela Carmen Puch de Güemes se inauguró en agosto de 1952 en la zona del parque San Martín. Originalmente, surgió como un establecimiento para que vivieran y estudiaran chicos de lugares alejados que no tenían dónde tomar clases.

La explicación que le dieron a la familia de Ezequiel Cardozo es que una pared de la parte más antigua del establecimiento se le cayó encima cuando lo mandaron a buscar ladrillos para un proyecto en el que estaban trabajando.

Las investigaciones sobre lo sucedido están a cargo del fiscalía penal número cuatro. Los familiares ya buscaron el apoyo de un abogado pero prefirieron no hablar todavía de qué pasos podrían seguir.

Por ahora fueron separados de sus cargos la directora, la vicedirectora y un profesor de la institución. Los gremios de la educación apuntan a la responsabilidad del Gobierno de la Provincia y piden no culpabilizar a los docentes por lo que ocurrió.

Por iniciativa de Eva Perón, se abrieron hogares de este tipo en diferentes lugares del país en la década del cincuenta.

El edificio tiene dormitorios, baños, consultorios, patios y un pequeño teatro además de las aulas. En reiteradas oportunidades trascendió que había problemas para mantenerlo.

En los últimos años el Hogar Escuela se empezó a destinar también a albergar a niños que atravesaban problemas sociales en sus casas y necesitaban una contención especial.

De los 800 alumnos que tiene la institución, la mitad vive ahí de lunes a viernes para volver a su casa los fines de semana. El resto permanece en la escuela hasta las 19 y vuelve a dormir con su familia.

Ezequiel y dos de sus hermanas vivían en el Hogar Escuela durante la semana. Gabriela Durán, madre de los chicos, contó que los visitaba muchas veces en los recreos.

“Cuando vinieron a buscarme los policías para decirme que había tenido un accidente pensé que se había caído”, relató.

Gabriela Durán, de 44 años, tuvo siete hijos. El mayor tiene 30 años y el más chico, un poco más de un año.

“Lo había criado con grandes valores. Era muy educado y estudioso. Yo confié en que ellos lo iban a cuidar y en que iban a hacer lo mejor para él”, expresó la mujer.

Fuente: El Tribuno

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