Nota

Urtubey no mide riesgos y se mete en la pelea Cristina-Scioli

El enfrentamiento político- económico entre la presidenta Cristina Fernández y el gobernador Daniel Scioli, tuvo como singular protagonista esta semana al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.

Aprovechando la circunstancia y haciendo gala de su estilo tiempista, Urtubey mandó un mensaje por elevación con la idea de sumarse al reclamo, pero sin entrar en el terreno de la confrontación con el Gobierno nacional.

“La provincia que tiene menos presupuesto por habitante de la Argentina es Salta y, pese a eso, nosotros podemos administrar y no tenemos problemas ni necesidad de la ayuda de nadie”, dijo Urtubey.

La frase suena superficial, pero encierra otras aristas menos visibles con una intencionalidad bien clara por parte del gobernador salteño: recuperar posiciones en el escenario nacional y resucitar su proyectado fondo de convergencia, una especie de traspaso de excedentes económicos desde la Nación hacia las provincias más postergadas.

El momento fue oportuno ya que la propia Cristina Fernández había ponderado, días antes, el equilibrio financiero en provincias con bajo presupuesto nacional, entre las que mencionó a Salta.

Mientras tanto, el replanteo de la coparticipación federal solicitado por Scioli ante la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones, como el pago del aguinaldo, dejó al gobernador bonaerense lejos de una imagen de correcta administración. Pese a ello no se puede descartar que, tal como aseguran los analistas políticos, Scioli esté pagando con sangre sus públicas intenciones de sacar los pies del plato y presentar su candidatura presidencial para 2015 fuera del esquema kirchnerista. No es casual la aparición en este escenario de Juan Manuel Urtubey.

Pero objetivamente y de acuerdo a su discurso ¿qué pasa en Salta? Urtubey envió un mensaje hacia el entorno político nacional para decir que en esta provincia está todo bien, pero puertas adentro la realidad es distinta.

El equilibrio financiero que hoy ostenta es el sostén de una manifestación política, pero que no significa crecimiento y desarrollo de la economía.

Pagar los sueldos y aguinaldos de los empleados públicos en tiempo y forma no es un logro, sino una obligación de los gobernantes y, como tal, debería ser resuelta con total naturalidad, pese a la crisis económica que hoy comienza a provocar daños en los esquemas asistencialistas y clientelares del Estado.

En término. Nobleza obliga -hay que decirlo- en Salta, el pago a término del sueldo de los empleados públicos viene siendo una política de Estado desde hace varios años y no es un “logro” de esta gestión, pese a lo que puedan pensar algunos funcionarios actuales.

Pero hay otros elementos que la gente percibe como extraños al mensaje de Urtubey. Se paralizan obras, el empleo no crece, el comercio y la producción se frenan, aumenta la conflictividad gremial y los reclamos municipales se intensifican, motivados por la necesidad de mantener una infraestructura sobredimensionada, pero funcional a los fines políticos.

Es obvio entonces que bajo esta óptica no es un tema de discusión si se pagan o se dejan de pagar las obligaciones en la provincia, sino las reales posibilidades de crecimiento dentro de un frágil equilibrio financiero. Esa es la verdadera responsabilidad de gobierno.

Fuente: El Tribuno

Comentarios

Tucomentario

Nombre

Más de Mundo Bizarro