Por la igualdad

La lucha de Victoria Liendro llegó a diario La Nación: es trans y quiere jugar al hockey

La Asociación salteña no le permite federarse porque, supuestamente, habría una ventaja competitiva. La Ley de Identidad de Género la ampara.

Acá reproducimos un fragamento de la nota publicada en el medio de tirada nacional.



Victoria Liendro jugó al hockey en su adolescencia. Pero dejó. Las bromas y la mirada inquisidora de sus compañeros por su orientación sexual la apartaron de un mundo que ella amaba. Tiempo después, luego de aprobada la Ley de Identidad de género, en mayo de 2012, Victoria burocratizó su "identidad autopercibida" y tiene su DNI de mujer, "mujer trans". Como tal, el año pasado quiso jugar en el club San Francisco y, a sus 35 años, volver a disfrutar del deporte. No pudo. La Asociación Salteña de Hockey le negó la posibilidad de federarse sobre la base de la resolución Nº 145 de la Confederación Argentina de Hockey (CAH) de 2012, en la que se objetó la participación a una jugadora transexual, que a su vez se apoya en una argumentación de la Federación Internacional de Hockey (FIH) de 2004.



El argumento principal de la negativa está vinculado con una ventaja competitiva que pueda tener por su fuerza, apoyándose en antiguas resoluciones del Comité Olímpico Internacional (COI), que prohibía la participación de mujeres transexuales. Sin embargo, además de la ley de identidad de género que le da un marco jurídico a la identidad de género autopercibida, existe una nueva resolución del COI, de noviembre de 2015, que afirma que, de acuerdo con estudios del nivel de testosterona en sangre, una jugadora trans puede participar entre las mujeres a nivel olímpico. Esto último, además de la ley, son algunos de los argumentos que esgrimió Liendro a la CAH. Pero la jugadora, en diálogo con La Nación, advierte que no le respondieron "nada" y que ni su identidad ni su DNI fueron justificaciones suficientes para las autoridades . "En marzo - del año pasado- fue por el diálogo.



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En mayo presentó formalmente el pedido. Con las recomendaciones del COI, con mi DNI, con la Ley de Identidad de Género y con los valores hormonales. En ese momento me estaba haciendo un tratamiento con una endocrinóloga. En agosto, me vuelven a pedir los papeles y ahí me piden que los valores me los haga con un médico con de la asociación. Nunca me respondieron de manera formal qué había dicho el médico de la CAH. Elijo ser profesora, militante, activista o tener una idea política; yo no voy a elegir ser trans. Soy una mujer trans. No es que lo soy a partir de la ley. Legalicé mi identidad para evitar todos los resquemores jurídicos. Si esas elecciones terminan siendo socavadas por las decisiones de terceros hay una violación de los derechos. Porque el deporte lo elijo como parte de mi proyecto de vida", sostiene Liendro.



Comenzó a jugar al hockey cuando era adolescente. Aún no existía la Ley de Identidad de Género, y menos aun otras normas como las del matrimonio igualitario. Pero abandonó. Las burlas y la discriminación la apartaron del deporte. Así lo explica Liendro: "No te encontrás en el equipo; en el vestuario te empiezan a hacer bromas los varones. El varoncito clásico que ve a las chicas jugando al hockey, y lo comenta en el grupito, y si vos no comentás algo ya empieza a haber una carga de sospecha. ¿No será mariconcito, no será gay, no será putito? Si eso te empieza a afectar la cabeza tenés que dejar. Y te va alejando de la vida. En la escuela lo mismo, con el bullying. El club, en este caso, como me pasó a mí, y como le puede pasar a miles de pibas y pibes, por su orientación sexual. Y más si esa personas empiezan a manifestar esa "femineidad" o esas conductas "punibles" en un sistema patriarcal en el cual vivimos", cuenta la jugadora salteña.



 



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