Barcos depredadores invaden el mar argentino y arrasan con los recursos

El Boeing 787, propiedad de Enrique Piñeyro, el piloto, cineasta, empresario gastronómico, médico, filántropo, actor y también, de alguna manera, activista socioambiental; realizó un vuelo por el Mar Argentino en el que documentaron la presencia de embarcaciones extranjeras en lo que se conoce como la milla 200, donde termina nuestra Zona Económica Exclusiva.

La presencia de estos, es solo con el fin del saqueo indiscriminado de los recursos del mar para llevárselo a sus países a través de la pesca furtiva. Las imágenes capturadas por el medio Infobae muestran una muralla de luces tras kilómetros y kilómetros de mar.

Piñeyro, aseguró: "Desde la primera vez que hice algún vuelo de Ezeiza a Ushuaia -hace más de 20 años- que ya vi esto. Además fue sin buscarlo, a más de 40 mil pies de altura. Pero con el tiempo fue creciendo la actividad y hoy parece la costa de Nueva York".

Lo cierto es que la depredación ha sido denunciada en más de una oportunidad pero las autoridades han hecho la vista gorda durante todos estos años. "Es un tema que no está resuelto. No se patrulla, no se puede vigilar a los barcos, no hay forma de interceptar, de disuadir. Falta logística y hay que darle el peso político que esto tiene. Esto es serio, es una depredación monstruosa", resaltó el reconocido cineasta.

Las impactantes imágenes sorprenden a cualquiera pero lo más aberrante es el extractivismo exagerado que nadie quiso detener. Mientras estaban en el aire, los periodistas no salían del asombro y el guía -Enrique Piñeyro- explicó: "Lo que parece la costa de Nueva York es la flota pesquera extranjera que depreda nuestros mares y que luego nos vende como producto importado".

Los barcos que aquí se ven tienen banderas de diferentes países, muchos de ellos de Panamá (que les ofrece facilidades burocráticas), pero son en verdad barcos de orígenes chinos y surcoreanos. La fuerza encargada de patrullar la zona (dentro de las 200 millas marinas) es Prefectura Nacional, pero los pesqueros suelen moverse al límite, entrando y saliendo de aguas internacionales.