Abuso policial, abandono de persona y negligencia: el calvario que vivió un militar salteño

"Soñaba con seguir su carrera militar y le arruinaron todo, con solo 25 años". Las desgarradoras líneas de Magalí Vargas, pareja de Néstor Ramón Avalos, cuentan en detalle lo sucedido ese fatídico día en el que el joven soldado recibió un balazo de goma que le destruyó un ojo cuando se dirigía a un kiosco cercano a su domicilio para comprar.

"Le dispararon en el ojo y lo abandonaron a su suerte", expresó la mujer.

Todo comenzó el último miércoles del mes de julio antes de las 23 horas. "Néstor estaba mirando una película en su celular y salió a comprar a un almacén que queda a 30 metros de la casa de su padre en el Barrio Norte Grande, cuando llega a este lugar, que se encontraba con las rejas cerradas pero abierto a la atención aparece un móvil con las luces apagadas y apenas a 7 metros efectúa un disparo desde su interior", explicó. Así comenzó el calvario del muchacho que terminó con sus sueños y sus proyectos de vida.

Luego de la detonación, el móvil policial continuó su trayecto. "Hicieron abandono de persona", sostuvo Magalí y agregó que fueron los vecinos quienes auxiliaron a Néstor, siendo este trasladado en una moto hasta el Hospital Papa Francisco. Bajo el argumento de que "no había especialistas" disponen el traslado del herido al Hospital San Bernardo.

Mientras esperaban la ambulancia, 5 móviles de la Policía de Salta se hicieron presentes en el nosocomio de la zona sur, exigiendo explicaciones de "que hacía ahí, que había pasado y como había llegado".

"Hicieron el ingreso al San Bernardo a las 1:15 de la madrugada", aseveró la joven. De esta manera, ya habían pasado dos horas desde que Néstor fue baleado, las siguientes 4 lamentables horas de espera fueron desesperantes. "Les dije que me lo llevaría y la recepcionista me contestó que podía ser más peligroso para él y que -aun sin estar presente todo este tiempo-, el oftalmólogo dio indicaciones de calmantes por teléfono", continuó su relato.

Cuatro móviles de la policía seguían permanentemente a la familia. "Ellos supieron el diagnostico antes que yo", manifestó indignada.

La pareja, la madre de la joven y el encargado de la compañía del cuartel, sumergidos en el desconcierto, esperaron hasta las 7 de la mañana, cuando por fin llegó el especialista. "Recién a las 9:30 me hace llamar y me comunica que su ojo estaba completamente destruido, que no había forma de reconstruirlo y que había que hacer una cirugía inmediata porque esperando más tiempo podía afectar al otro ojo", agregó la mujer.

"Ahí volví a verlo, después de horas rezando para que no pierda su ojo, lo encuentro angustiado pensando en nuestros hijos, en sus sueños de este año rendir e irse hacer carrera, porque ese era su sueño, seguir la carrera militar. Todo fue arruinado", lamentó.

Toda una familia afectada, sueños destruidos y una tristeza que no da tregua es lo que dejó esta avanzada policial, que desde la Ley de Superpoderes ya dejó a 6 personas en la misma situación. "No me voy a callar, esto tiene que salir a la luz, basta de tapar a la policía" sentenció Magalí.

"Solo pido justicia, nadie se merece esto, justicia por mis hijos, su padre, sus sobrinos, por todos. Por nuestra familia exijo justicia", cerró.