En Salta, se hizo pasar por cura y estafó a muchísimas personas: "Se llevó toda la guita"

No se puede confiar en nadie. Nuevamente un hecho de estafa se hizo noticia. Un joven se hizo pasar por sacerdote y terminó estafando a varias familias de una localidad salteña. "Iba casa por casa a comer gratis y te pedía 400 pesos por la unción de los enfermos", relataron testigos.

LEER TAMBIÉN: www.quepasasalta.com.ar/nota/239313-a-guardar-la-campera-chorizo-el-domingo-sera-soleado-en-salta-y-manana-ardera-la-ciudad

Este hecho de película ocurrió en Guachipas. Según la información que trascendió, el llamado "padre Joaquín" llegó días pasados haciéndose pasar por el primo del actual sacerdote Marcelo Suárez. Incluso se acercó a las instituciones de esta comunidad como un servicial hombre de fe. Nadie dudó que todo era una mentira.

De acuerdo a la información que recolectó El Tribuno, el "religioso" engañaba a toda la comunidad católica. No solo les sacaba dinero a los fieles, sino que por su condición pedía hospedaje y comida de manera gratuita con la promesa de "salvarlos de sus pecados".

"Tenía formas de estudiante del seminario, sus ademanes y la forma de vestir. Llegó a la parroquia nombrando a un montón de curitas que estuvieron conmigo en el sacerdocio. Los datos y detalles que brindaba hacían suponer que estaba ante la presencia de un sacerdote de verdad. Pero con el correr de los días la verdad salió a la luz", aludió Suárez al mencionado medio.

Las reglas de la Iglesia permiten el alojamiento de un cura en la parroquia de otro sacerdote siempre y cuando sea autorizado por el Arzobispado.

"Nunca me llegó un comunicado de la llegada de un hermano para la ayuda en estos lugares tan alejados. Y si ocurre es con dos semanas de antelación, no como este hombre que apareció de un día para el otro", agregó. Así es que el falso "padre Joaquín" se alojó en la casa de una benefactora de la iglesia. Allí comió y se albergó de manera gratuita mientras le sacaba dinero a demás familias.

EL CHANTA QUE SE BURLÓ DE TODO UN PUEBLO

El impostor, de unos 23 años, delgado, de tez blanca y buen hablar, apenas fue localizado por los policías de Guachipas fue llevado a la comisaría. En pocos minutos comenzó a desplegar su hábil convencimiento de ser un hombre de la Iglesia, negando que era un impostor. Incluso por sus argumentos bíblicos los efectivos sintieron que estaban frente a un pastor. Hasta que llegó el padre Suárez.

"Él negó ser un falso sacerdote. Me dijo delante de los policías que solo había venido a ayudar en la iglesia. Cuando no pudo explicar los engaños hizo silencio y pidió perdón. Cómo todos tenemos momentos de arrepentimiento como hombres de pecado, le dije que no estaba bien lo que hizo".

El sujeto no quedó detenido en ese momento hasta tanto no se recabaran pruebas y testimonios de los estafados.Tras fijar domicilio en la casa de una vecina el sujeto quedó a disposición de la justicia. Pero como es un buen estafador se burló nuevamente de todos desapareciendo al otro día.