Industria textil en crisis: récord histórico de ropa importada en Argentina

La industria de la indumentaria argentina se encuentra en estado de alerta. Según un reciente informe de la Fundación Protejer, en lo que va de 2025, el 67% del consumo de ropa en el país proviene del exterior, la cifra más alta desde que existen registros. Esta situación se da en un contexto de fuerte desregulación, apertura comercial y una marcada apreciación del peso argentino, que incentivó fuertemente las importaciones.

El informe señala que las compras externas de ropa y textiles para el hogar se dispararon en volumen un 86% y 109% interanual, respectivamente, en el primer trimestre del año. Además, el precio promedio de la ropa importada cayó un 26%, generando un incentivo aún mayor para el ingreso de productos extranjeros.

Esta combinación de factores ya comienza a afectar a la producción local: se reportan cierres de empresas, despidos y pérdida de eslabones clave dentro de la cadena de valor.

Entre los principales motivos, la Fundación destaca la eliminación del régimen antidumping, la ausencia de regulaciones sanitarias en las prendas importadas, y la baja de aranceles, que -según sostienen- debilita a toda la cadena productiva nacional sin brindar una ventaja real al consumidor, según informó Ámbito.

 La estimación es que esta baja arancelaria solo reduce los precios finales un 2%, mientras que una reforma impositiva más profunda tendría un efecto mucho más significativo.

Otro punto crítico del informe es el desacople entre los precios en puerta de fábrica y los precios minoristas. El 80% del precio que paga un consumidor por una remera de marca en un shopping está vinculado a costos que no tienen relación con la producción nacional, el diseño o la rentabilidad de la industria. Por ello, alertan que la apertura comercial no garantiza precios más bajos para los consumidores, mientras sí pone en jaque a un sector clave de la economía.

La situación pone a la industria textil frente a uno de sus momentos más delicados en la última década, en medio de un mercado que se vuelca masivamente a productos del exterior, dejando en segundo plano a la producción local.