Trata de personas

Denuncian que un integrante de la Tupac le compró una bebé a una joven adicta

El acusado habría sido seguridad de Milagro Sala

Sin noticias de su hermana en el último tiempo, de la que en una denuncia contó se dedica a la prostitución y el consumo de sustancias y alcohol, A.G. denunció junto a su hermano la presunta venta de su sobrina a un integrante del movimiento Tupac Amaru: el Chato Olivera. "No voy aceptar que mi sobrina haya sido vendida o regalada", dijo la tía en diálogo con El Tribuno. Respecto a su hermana, quien se despojó de la menor "como si fuera un objeto o un animalito", no está segura si es que sigue viviendo en La Quiaca o en Bolivia. "Me contaron que la vieron bien, está cambiada y, es más, al parecer quiere recuperar a su hija".

La historia desemboca en una denuncia realizada por los tíos de la menor contra su hermana, madre de la niña, por abandono de persona y supresión del estado civil, y contra el Chato Olivera, domiciliado en el barrio Alto Comedero de Jujuy de quien señalan tiene "profesión ligada a las actividades ilícitas de la agrupación de Milagro Salas, entre ellas la trata de personas según vecinos jujeños", denunciado por "secuestro y falso reconocimiento de la menor", apuntó A.G.

Antes de efectuar la demanda, el 6 del corriente mes en Salta capital, A.G. contó que al enterarse que su hermana estaba embarazada, con su famillia decidieron ir a buscarla a La Quiaca. "Con los problemas de adicciones la trajimos a Salta, un 14 de julio de 2019, y ese mismo día al impedirle que siguiera con los estupefacientes se escapó", contó. Luego, sin saber de su paradero, "nos enteramos que tuvo a la bebé en La Quiaca", y por "comentarios" supieron que el padre "es un contrabandista de Bolivia".

"Durante todo el 2020 estuve en contacto con mi hermana, la bebé estaba con ella. En el 2021 perdimos el rastro y consultando con gente que conocemos en Jujuy nos decían que mi hermana estaba con la nena. Nos agarró la pandemia y no supimos más nada, en diciembre de ese año decidimos viajar con mi hermano a La Quiaca, ahí nos enteramos que mi sobrina no estaba con su mamá", contó la tía.

El 15 de diciembre del año pasado A.G. decidió hacer la denuncia en Jujuy por la supuesta desaparición de su hermana y la bebé. "La Brigada de Investigaciones encontró a mi hermana y con mi hermano le preguntamos dónde estaba la nena. Hasta ese momento ni la Policía ni la Brigada sabían del paradero de la menor, hasta que los investigadores me dijeron que la habían localizado pero no me quisieron decir dónde estaba. Me dijeron que llamara a la Secretaría de la Niñez y Adolescencia en Jujuy".

Volvieron a La Quiaca, donde "le dije a mi hermana que la iba a denunciar si no me decía dónde estaba mi sobrina". Se enteraron que la pequeña había caído en manos del tal Chato Olivera y fueron a buscarlo, no sin antes recibir por parte de vecinos y la Policía la información de que "es un tipo violento, borracho y con un prontuario importante. Fue seguridad de Milagro Salas", sostuvo la mujer.

Si bien pudieron ver a la niña, no fueron bien recibidos por el Chato, quien reconoció a la menor "después de dos años y siete meses, pasó frío, hambre y todo tipo de descuido. Actualmente está bien, vive en el barrio Alto Comedero pero vuelvo a insistir, pido por favor que la Justicia jujeña tome cartas en el asunto para esclarecer todo esto"./El Tribuno Salta

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Comentarios

  • yo

    Que nenes son todos estos. Que futuro se puede pedir con una dirigencia así.

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  • Boliviano y putos

    Delinkuentes como la boliviana milagro sala la compró x monedas y explotadores como la kris

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