
El orden mundial nacido tras la Segunda Guerra Mundial está siendo desplazado por un escenario fragmentado, competitivo y tecnológico, donde la fuerza prevalece sobre el consenso. Estados Unidos se repliega, China avanza con una lógica de reemplazo sistémico, y Europa aparece debilitada. La globalización ha cedido ante el proteccionismo, mientras la inteligencia artificial redefine el poder y plantea desafíos éticos inéditos. En este contexto, la democracia liberal enfrenta una crisis de legitimidad y polarización. América Latina, y en particular Argentina, debe recuperar institucionalidad y consensos básicos para ser viable en un mundo donde sobrevivir dependerá más de la solidez política que de los recursos económicos.
Roberto Dib Ashur