Gestión deslucida

Susana Malcorra: la jubilación anticipada de la “Messi de la diplomacia”

Su gestión en Cancillería comenzó con éxitos en política exterior, pero se fue apagando con los traspiés y la derrota en la candidatura a la secretaría general de la ONU.

Susana Malcorra asumió al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto en diciembre de 2015, con la llegada de Mauricio Macri. a la Presidencia de la Nación. Por ese entonces, en el oficialismo calificaban a la canciller como la "Messi de la diplomacia", un título coherente con la idea del "mejor equipo de los últimos 50 años" que prometió el líder de Cambiemos



La misión que le encomendaron fue la de "reinsertar a Argentina en el mundo", como proponía por entonces el jefe de Estado, en oposición al supuesto aislamiento diplomático que, afirmaba, había promovido el kirchnerismo. Y en esa tarea, Malcorra cumplió: a la par de la salida del default que encabezó el entonces ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, Argentina volvió a las relaciones bilaterales con países centrales. Las visitas de Barack Obama (Estados Unidos) primero y François Hollande después fueron puntos altos para la gestión de Macri y porotos que se anotó su ministra.



Con el paso de los meses, los aciertos dejaron el lugar a los traspiés. El reclamo de soberanía en torno a la soberanía de las Islas Malvinas fue un dolor de cabeza permanente para la gestión de Cambiemos, en especial cuando Macri afirmó que iba a discutir el tema con la premier británica Theresa May, lo cual fue desmentido casi de inmediato por la Foreign Office. Los lanzamientos de misiles de prueba desde el archipiélago también generaron tensiones diplomáticas en octubre pasado. Otro error que el oficialismo pagó caro fue el apoyo abierto y total a la candidatura presidencial de Hillary Clinton, quien perdió la competencia con Donald Trump. El gobierno tuvo que trabajar duro para recomponer la relación con el magnate inmobiliario, lo cual se logró meses después en una visita de Macri a Estados Unidos.



Candidata. Desde que asumió el cargo, Malcorra nunca ocultó que su intención era posularse a la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). "Su postulación es coherente con lo que intentamos, que es volver al mundo", justificaba Macri por esos días. Fue precisamente en esa entidad donde la funcionaria hizo su carrera diplomática desde 2004. Primero fue Directora de Operaciones y Directora Ejecutiva Adjunta del Programa Mundial de Alimentos: allí encabezó más de 30 operaciones con más de 120 mil agentes militares, policías y civiles, bajo el cargo de secretaria general adjunta del Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno. También ejerció como oficial principal de Operaciones y directora ejecutiva adjunta del Programa Mundial de Alimentos (PMA), supervisando las operaciones humanitarias y de emergencia. En 2012, el exsecretario Ban Ki-moon la designó como su jefa de Gabinete.



Pero no todo fue color de rosas en su incursión por la ONU. Los diarios The Guardian y Foreign Policy señalaron a Malcorra en 2015 por presunto encubrimiento de un caso de abuso sexual, documentado por Unicef, de 16 niños en la República Centroafricana por parte de las tropas francesas del Cuerpo de Paz. El hecho fue confirmado por la organización mundial Aids-Free World, que filtró un intercambio de mails internos de la ONU entre la canciller, el encargado de la Oficina de Ética, Joan Dubinsky; y la Secretaria General Adjunta de Servicios de Supervisión Interna, Carman LaPointe, donde planeaban cómo disminuir el impacto de las acusaciones. Acaso por ese antecedente, en octubre de 2016 Malcorra perdió la postulación a la Secretaría General, que terminó en manos del portugués Antonio Guterres.



A los constantes traspiés también se le sumaron las declaraciones contradictorias de parte de la diplomática sobre un posible acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, y la polémica firma del memorándum con Qatar, que reveló Perfil. De ese acuerdo participaron el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSES y Qatar Investment Authority (QIA), y terminó con una imputación de la Canciller.



En la conferencia de prensa de ayer, la funcionaria saliente, que continuará trabajando como "asesora con rango de ministro" desde España, justificó su renuncia en "temas personales". Pero sin dudas los problemas de su gestión no pasaron desapercibidos.

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