Rodolfo Llanos

Publicista
Lo que viene

La falsa bandera

El gobierno necesita la aniquilación del peronismo para garantizarse la finalización del mandato y asegurarse otros.

El nombre “bandera falsa” deriva del concepto militar de izar colores falsos; esto quiere decir subir la bandera de un país diferente al propio. Una estrategia que crearon los piratas para acercarse a sus víctimas sin que estas tengan posibilidad de defenderse.



Las operaciones de bandera falsa son operaciones encubiertas conducidas por gobiernos, corporaciones y políticos, destinadas a convencer a la sociedad sobre el fin de una determinada misión pero en realidad esconden otro objetivo.



El objetivo del gobierno

El gobierno necesita la aniquilación del peronismo para garantizarse la finalización del mandato y asegurarse otros. La primera estrategia fue hacer del peronismo sinónimo de corrupción.



El segundo objetivo se concretará este año: juntar candidatos que provienen del peronismo en frentes electorales (con radicales, macristas e independientes) para forzar la división de dirigentes y bases electorales. Si sale bien, impedirán la unión del peronismo, arrastrarán votos independientes y habrán ganado las elecciones.



La estrategia de encolumnamiento en frentes sin ideología es la extinción de la dirigencia. Las caras son las mismas. No surgen nuevas. Se concentra el caudal electoral. El poder gana.



¿Si muchos alquilaron al peronismo para llegar al poder antes porque no lo va a usar Macri?



La realidad es que esta nueva variante de “peronistas flexibles” son personajes momentáneos que solo trabajan con un único fin: llevarle mas diputados nacionales al gobierno y que este pueda imponer su método desde el Congreso Nacional: negocios entre familias, privatización de las tierras públicas, reforma laborar con la consiguiente precarización y concentración de la riqueza.



Cuando dicen “trabajamos para vos”. Bandera falsa. Solo trabajan para los amos que están detrás.



Sin oposición no hay democracia. Ni respeto a la voluntad popular. Ni espacio para el disenso. Ni periodismo independiente. Y todo por un voto. Un voto que no tendrá voz.

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