Burocracia y malas prácticas en el San Bernardo: mezquinan las historias clínicas

Muchos accidentados llegan diariamente al hospital. Para ser atendidos debidamente, a las personas les hacen firmar formularios que desconocen y que no tienen ni la menor información sobre las consecuencias. Tal es el caso del formulario de ?cesión de derechos, créditos y acciones' por el cual los accidentados ceden el dinero que obtienen por su indemnización al hospital en carácter de "pago por sus servicios" (un hospital público, que no debiera aprovecharse de los eventuales fondos que reciban los accidentados).

Como si esto fuera poco, hay que hacer un capítulo aparte sobre la cuestión de las historias clínicas. Muchas son las quejas recibidas sobre la demora del hospital para poder otorgar la información a los pacientes, al punto que deben hasta recurrir a un abogado para ser escuchados. Los abogados los asesoran y preparan notas correspondientes donde exponen las leyes relacionadas a los derechos privados de la persona para que recién puedan agilizar el proceso. Indignante. ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué demoran las historias clínicas?

En palabras de un miembro del equipo técnico jurídico que entrevistó Que Pasa Salta: "La historia clínica (y su acceso) es un derecho personalisímo, y si o si tiene que figurar todo. ¿Por qué las mezquinan? Las mezquinan porque se mandan macanas. (...) es el deschave de todos los que intervinieron en una internación."

El detrás de escena del Hospital San Bernardo en torno a la burocracia y a los documentos que le hacen firmar a la gente deja mucho que desear. Está lejos de ser transparente. Son muchas las quejas recibidas de los accidentados, y de los familiares sobre la demora de las historias clínicas. No es posible que deban recurrir hasta a abogados para que los ayuden con algo tan simple como el acceso al historial de las intervenciones en su propio cuerpo.

Es por esto que uno se pregunta, quién vela por los intereses o se pone del lado de la gente. El hospital está para servir no para jugar con trabas burocráticas o faltar el respeto al estado y al tiempo de los pacientes. Una institución que debiera alcanzar un grado elevado de profesionalidad, termina siendo una vergüenza.