Política

El Gobierno cambia su estrategia de campaña y evalúa nuevas medidas

En medio de fuertes debates internos, el gobierno de Cristina Kirchner decidió replantear su estrategia electoral para tratar de mejorar su perspectiva electoral.

Analiza nuevas medidas para aliviar la presión impositiva a los sectores sociales que no fueron alcanzados por la última rebaja en el Impuesto a las Ganancias e intenta introducir cambios en la estrategia de campaña, como moderar el tono del discurso de la Presidenta y de sus ministros.

"Es un cambio que durará los 60 días, hasta las elecciones. Había que cambiar, porque el estilo anterior no funcionó", aseguró a LA NACION una alta fuente oficial. Se trata sólo de un giro pragmático. Cristina está obsesionada con remontar la dura derrota en las primarias del 11 de agosto y mejorar en las elecciones legislativas del 27 de octubre próximo porque teme un escenario con dificultades para gobernar.

Tras el buen impacto de la rebaja del Impuesto a las Ganancias para trabajadores en relación de dependencia, ahora está evaluando otros golpes de efecto:

  • Actualizar las escalas del monotributo y rebajar las cuotas.
  • Una reformulación de ganancias para los autónomos.
  • Rebajar el IVA a los alimentos para seducir a sectores de menores recursos.

Todo eso se analiza en áreas cercanas al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. El más influyente en estos días es el viceministro de Economía, Axel Kicillof. La Presidenta apartó de las grandes decisiones al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, cuestionado por el resto del gabinete.

Las disputas internas generaron otros reacomodamientos. Por ejemplo, la nueva mesa chica de Cristina está compuesta por el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, además de los históricos Carlos Zannini, secretario legal y técnico, y Héctor Icazuriaga, jefe de la ex SIDE.

Urribarri es el "candidato propio" a presidente para 2015. O a vicepresidente, si el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, fuera la única alternativa de Cristina para retener el poder.

Otra novedad es que Máximo Kirchner regresó a Río Gallegos y los diputados Andrés "Cuervo" Larroque, jefe de La Cámpora, y Eduardo De Pedro ya no van tanto a Olivos.

"El plan del anticamporismo, Zannini, Icazuriaga y Urribarri es desplazar a La Cámpora y moderar el discurso", confían fuentes de la Casa Rosada. "No perdieron poder, pero hay que mostrarlos menos", agregaron.

La jefa del Estado se enfureció cuando los titulares del Ornsa, Gustavo Lipovich, y de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, desataron la crisis con al empresa aerocomercial LAN al intimarla a desalojar su hangar de aeroparque.

Pero su malhumor escaló cuando se conoció un video en el que Recalde confesaba que en 2010 le propuso a ella arrebatarle las rutas de cabotaje a la línea chilena. Y cuando el jueves Recalde volvió a acusar a la empresa de "hacer dumping", mientras Kicillof intentaba superar el conflicto con el CEO de LAN, Ignacio Cueto.

En este marasmo, Scioli se encarga del día a día de la campaña bonaerense del Frente para la Victoria. Cristina, a su pesar, le permitió reunir anteayer en Corrientes a los gobernadores para reactivar el PJ: "Peronización" y "descamporización". La Cámpora agudiza los conflictos mientras Cristina busca mostrarse amable, tolerante y como "presidenta de todos los argentinos".

La estrategia no es nueva. En 2007 ella prometió "calidad institucional" y luego de ganar las elecciones sobrevino la crisis del campo; en 2011 también moderó su discurso y luego activó el "vamos por todo", y dispuso el cepo cambiario.

El nuevo "estilo" Cristina, empero, sufrió contradicciones, incluso en esta semana. Tras los esfuerzos de moderación, en un acto el jueves, en Berazategui, la Presidenta se salió del libreto y denunció que la prensa "quiere derribar a un gobierno popular con balas de tinta".

Al día siguiente, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, justificó la represión en Neuquén por las protestas contra el acuerdo YPF-Chevron blandiendo otra insólita conspiración: "La ultraizquierda y la derecha juntas quieren hacer un golpe institucional en Neuquén". Pero antes había reunido en Río Gallegos a empresarios y a sindicalistas para un diálogo social. Además, el lunes anunció con un discurso amable la reapertura del canje de deuda para holdouts y el cambio voluntario del lugar de pago a los bonistas reestructurados, pero anteayer suspendió esto último por el riesgo jurídico. También apostó a la rebaja en Ganancias, pero ordenó incluir en los recibos de sueldo un agradecimiento al Gobierno. Hubo otros gestos del nuevo estilo:

  • Insaurralde y Echegaray dieron reportajes al canal de noticias TN, del denostado Grupo Clarín.
  • El secretario de Seguridad, Sergio Berni, admitió que la inseguridad es "palpable y objetiva".
  • El CEO de YPF, Miguel Galluccio, admitió el grave déficit energético.

"Pero nadie cree que esta autocrítica se mantenga luego de octubre", dijo un funcionario.

Fuente: La Nación

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