El impactante cambio de Simón de Los Wachiturros: "Está irreconocible"

Pasaron ya 12 años desde que Los Wachiturros, la banda de cumbia que revolucionó la escena musical en la década de 2010, se disolvió. Con hits como "Tirate un paso" y presentaciones en los programas más populares del país -incluso llegaron al living de Susana Giménez-, el grupo marcó a toda una generación con su estilo inconfundible.

En los últimos días, uno de sus miembros volvió a ser tendencia. Simón Gaete publicó un video en su cuenta de TikTok y sorprendió a todos sus seguidores con un cambio de imagen que nada tiene que ver con la estética que lucía en los escenarios. Atrás quedaron las chombas Lacoste y los joggings deportivos: ahora se lo ve con una remera blanca oversize, pantalón gris ancho y zapatillas negras.

Las reacciones no tardaron en llegar. "Increíble, sigue igual de lindo que antes", "Che, está rebueno ahora", "¿Posta es él?" y "Todísima", fueron algunos de los comentarios que inundaron las redes.

Pero no todos los ex Wachiturros siguieron caminos similares. Lucas Caballero, conocido artísticamente como "Kaká", fue uno de los integrantes más populares del grupo y hoy está lejos de los escenarios. Tras superar momentos difíciles, se convirtió en pastor evangélico y asegura haber encontrado en la fe el sentido que buscaba después de la fama, el vacío y las adicciones.

"Yo era el coreógrafo, el que armaba las coreos y le decía a los chicos cómo tenían que bailar. Siempre estaba al frente de todo", recordó en una entrevista con Telenoche. Su apodo nació en el barrio, donde lo llamaban "Kaká" por su talento con la pelota, comparándolo con el crack brasileño. Ese nombre lo acompañó en la escuela, con sus amigos y finalmente en el escenario.

El auge del grupo fue meteórico. "Fuimos a lo de Susana Giménez y logramos el pico de rating más alto del año, incluso más que Justin Bieber, que había ido la semana anterior", rememoró. Sin embargo, el éxito comenzó a apagarse tras la denuncia por abuso sexual contra Emanuel Guidone, conocido como DJ Memo, lo que hizo que las presentaciones se redujeran drásticamente.

"Empezamos a tener menos fechas, cada vez menos shows. Después me metí con las adicciones, marcó mucho mi vida. Me sentía vacío", confesó. El punto de inflexión llegó durante una gira, cuando consumió cocaína durante tres días seguidos. "Me la di en el medio de la pera y terminé internado. Ahí dije: esta vida no la quiero más", contó.

Hoy, Lucas dedica su vida a predicar en templos y acompañar a otras personas en procesos similares. Y aunque el fenómeno Wachiturros quedó en el pasado, el recuerdo de aquella explosión musical sigue vivo en la memoria colectiva.