Policías de Brasil recibirán "premios" por matar delincuentes: más que el salario
La medida, conocida como "bono del Lejano Oeste", ya había estado vigente entre 1995 y 1998, pero fue derogada por el aumento de muertes en intervenciones policiales.
La Asamblea Legislativa del estado de Río de Janeiro aprobó una polémica ley que otorga bonificaciones a los policías que maten a criminales durante sus operativos, generando críticas inmediatas de defensores de los derechos humanos, informó Contexto.
Policías brasileños recibirán una bonificación al matar criminales.
Según el texto, los agentes podrían recibir hasta un 150% de premio en sus salarios si neutralizan a delincuentes o confiscan armas de gran calibre. La medida, conocida como "bono del Lejano Oeste", ya había estado vigente entre 1995 y 1998, pero fue derogada por el aumento de muertes en intervenciones policiales.
"La seguridad no se logra mediante la barbarie", advirtió el diputado federal Henrique Vieira, electo por Río de Janeiro. "Esta bonificación incentiva la violencia y transforma la muerte en política pública", agregó.
La ley será promulgada en un plazo de 15 días por el gobernador Claudio Castro, aliado del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro. La normativa forma parte de un proyecto de reforma de la policía civil, aunque impacta directamente en la policía militar, que tiene un rol represivo en las favelas y barrios más conflictivos de Río de Janeiro.
Defensores de derechos humanos advirtieron que la medida podría generar masacres y abusos, sobre todo en comunidades afrodescendientes, que son las más afectadas por la violencia policial. "Corremos el riesgo de asistir a una masacre generalizada perpetrada por policías que harán todo para ganar más dinero", alertó Djeff Amadeus, del Instituto de Defensa de la Población Negra.
En 2024, 703 personas murieron durante intervenciones policiales en el estado, casi dos por día, aunque representa una caída del 19% respecto a 2023, cuando se registraron 871 víctimas, según cifras oficiales.
La medida revive un debate histórico sobre la manera de combatir el crimen en Río de Janeiro, donde la mano dura policial es frecuente en favelas controladas por narcotraficantes y grupos armados.
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