Por qué los oculistas son los más ocupados durante las fiestas de Fin de Año

Un reciente informe realizado con el Dr. Bernardo Biella reveló una curiosa pero preocupante realidad: los oculistas se convierten en los profesionales más solicitados durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. El motivo principal está relacionado con el descorche de bebidas como champagne y sidra, una tradición festiva que, cuando no se realiza con precaución, puede provocar graves lesiones oculares.

El peligro de los corchos en las fiestas

Según el Dr. Biella, muchas personas no están acostumbradas a abrir botellas de bebidas espumantes, lo que incrementa el riesgo de accidentes. El corcho, al salir disparado con fuerza, puede impactar directamente en el globo ocular, causando desde traumatismos menores hasta lesiones severas, como el desprendimiento de retina o incluso ceguera.

"Estos son elementos contundentes, y en las guardias de Navidad y Año Nuevo, los que más trabajan son los oculistas debido a estos accidentes. El impacto del corcho en el ojo puede ser devastador", explicó Biella.

Cómo prevenir accidentes oculares durante el descorche

Para evitar estos riesgos, el Dr. Biella ofreció una recomendación práctica: cubrir la parte superior de la botella con una toalla o un repasador de tela antes de abrirla. Esto reduce la fuerza del corcho y evita que salga disparado de manera peligrosa.

Es importante evitar el uso de papel, ya que no es lo suficientemente resistente para contener el corcho. "Un trapo de tela o un repasador asegura que el corcho no vuele descontrolado. Este año, no queremos que nadie termine en la guardia por un accidente que puede prevenirse", destacó el especialista.

Cuidar la vista: una prioridad en las fiestas

El descorche de bebidas es una tradición que aporta alegría a las fiestas, pero también requiere responsabilidad. Siguiendo estas simples medidas de precaución, se pueden evitar los traumatismos oculares y disfrutar de las celebraciones sin contratiempos.

Este fin de año, asegúrate de proteger tus ojos y los de tus seres queridos para que la alegría de las fiestas no se vea empañada por un accidente evitable.